EL UNIVERSAL-AEE
MÉXICO, DF.- En México se vive una violencia “exagerada”, reconoció José Luis Santiago Vasconcelos, titular de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO), quien indicó que a esta situación se suman fenómenos de corrupción y obstrucción a la justicia.
Un escenario en el que los cárteles del Golfo y de Sinaloa, se han preparado para tener la capacidad para disputarse los territorios para el tráfico de drogas, a través del reclutamiento de sicarios extranjeros, que entrenan a los asesinos a sueldo de estas organizaciones.
Así lo dio a conocer a través de un comunicado, en el que indicó que “lamentablemente la violencia se ha desatado en México por la situación geográfica que tienen entre los países de producción de droga y el de consumo más grande del mundo, Estados Unidos (EU), lo que nos ha convertido en víctimas de hechos violentos exagerados”.
En este sentido, el funcionario federal indicó que la violencia que se vive la República mexicana “va más allá de un problema de narcotráfico, la violencia exagerada que se ha desatado en México está siendo fomentada desde distintos frentes por los grupos delictivos”.
No obstante, el subprocurador indicó que “si bien ha sido un grave problema el combate a la corrupción, se han logrado grandes éxitos y actualmente todos los líderes de las organizaciones criminales están detenidos y procesados”.
Sin embargo, pese a los embates en contra del Cártel del Golfo y de que el grupo de sicarios de Los Zetas han visto disminuida su capacidad operativa, “tratan de recuperar sus cuadros a través del reclutamiento de Kaibiles -ex militares guatemaltecos-, porque ellos ya no tienen las habilidades de capacitación para responder a la violencia que actualmente se está viviendo”.
Afirmó que lo mismo ocurre con el Cártel de Sinaloa, de Joaquín “El Chapo” Guzmán, que ha optado por incorporar a sus filas a sicarios de Estados Unidos, que operan en ese país, conocidos como Los Lobos.
En este sentido, indicó que el problema del narcotráfico es compartido con Estados Unidos, por los que “con acusaciones mutuas no se resuelve este fenómeno, la solución está en la cooperación estrecha para combatirlo”.
