Habitantes de las casas de cartón enfrentan un dilema: comer o pagar renta
Sus casas construidas a base de láminas de cartón, hule negro y madera están calientes por el sol que cae a plomo en la ciudad; debido a ello se encuentran en el exterior de sus viviendas, porque el calor se torna insoportable dentro de sus viviendas.
Así viven en esta temporada los vecinos de la colonia Manuel Buendía, que hace una semana invadieron este terreno propiedad del Gobierno Federal.
En un recorrido que realizó El Siglo de Durango por este asentamiento, se constataron las condiciones precarias en las que viven sus habitantes, sin agua, luz ni baños; no encontraron una forma de obtener su casa más que invadiendo, ?no hay otra forma?, dijeron.
Los vecinos expresaron que las rentas que pagan eran muy altas, de 700 hasta mil pesos; ya no podían más: o comían o tenían casa. La mayoría de ellos vivían en las colonias Potreros del Refugio y Tierra y Libertad.
Aseguraron que no tienen ningún líder, que por su propia voluntad se agruparon y se asentaron en el terreno, en donde indican que iban a construir un área verde que sólo serviría para atraer a pandillas de vagos.
?No nos alcanza para más, yo soy madre soltera y tengo tres hijos que están estudiando; es por eso que decidí venirme, porque hay modo de tener un pedazo de terreno?, comentó la señora Lucía Martínez Saucedo, cuyo cuarto no tiene más de seis metros cuadrados.
La señora, quien vive en condiciones de escasez, no tiene recursos económicos para hacer por sus propias manos un cuarto más grande; son pocas las láminas que pudo conseguir para construir su casa. Su cocina está afuera, por lo que piensa hacer una sombrita, ?para que no me cale el sol?, añadió.
Lucia Martínez es vendedora ambulante, y tenía trece años pagando renta; mencionó que éste es un sacrifico que hace por el bien de sus hijos.
Jessica Mayela González, de 24 años, y su esposo Jorge Armando, de 25 años, también viven en este asentamiento; ellos pagaban mil pesos de renta en la colonia Potreros del Refugio. Afirmaron que el terreno era invadido por ?cholos? y que frecuentemente hay balaceras, como la semana pasada.
María Angélica Franco, de 39 años de edad, expresó que ya fueron a la Presidencia Municipal a pedir apoyo para la construcción de las viviendas y hoy piensan acudir al Instituto de Vivienda del Estado de Durango(IVED), para solicitar una cita y llegar a un acuerdo.
Las personas no quieren nada regalado; por ello, están en la disposición de negociar y pedir un crédito ante el IVED. La mayoría de ellos son gente joven y que a partir de esta medida quieren tener una vivienda digna, aunque por el momento estén en una situación precaria.
