El Pontífice subrayó que la presencia de Dios es "roca, fortaleza, escudo, baluarte, que conforta a los justos y los exhorta a afrontar las situaciones difíciles".
Ciudad del Vaticano, (EFE).- El papa Benedicto XVI celebró hoy, tras un periodo de descanso en el italiano Valle de Aosta, la tradicional audiencia general de los miércoles, en la que instó a los católicos a confiar en la oración para afrontar las dificultades.
Ante las numerosas solicitudes para asistir a la audiencia, ésta se celebró en el Aula Pablo VI del Vaticano en lugar de en la residencia estival de Castel Gandolfo, donde el Pontífice pasa la segunda parte de sus vacaciones y cuyo patio sólo tiene capacidad para un millar de personas.
En el Vaticano se congregaron cerca de seis mil fieles, a los que un distendido Joseph Ratzinger saludó con afecto mientras recorría la sala antes de iniciar el comentario de la catequesis.
Benedicto XVI subrayó que la presencia de Dios es "roca, fortaleza, escudo, baluarte, que conforta a los justos y los exhorta a afrontar las situaciones difíciles".
Tras recordar que Dios está "a favor de los buenos y de los justos de corazón", citó el salmo 124 para hablar del tradicional saludo de "Shalom" (paz sobre Israel) con el que éste concluye, un saludo "que se convierte -dijo- en un deseo de esperanza".
Al término de la audiencia saludó, como es tradicional, en varios idiomas, entre ellos el español, lengua en la que tuvo especiales palabras de afecto para los peregrinos de Chile, México y Perú.
También dio una bienvenida particular a una veintena de sacerdotes chinos pertenecientes a la Iglesia oficial o "patriótica" de ese país, reconocida por el Gobierno de Pekín (al contrario que la "clandestina", en comunión con Roma), y que respondieron al Papa con cánticos y aplausos.
Está previsto que el Pontífice pase en Castel Gandolfo el resto de sus vacaciones veraniegas, que interrumpirá del 18 al 21 de agosto para viajar a Colonia (Alemania) con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud.
