Nuestro país está necesitado, hoy más que nunca, de que dialoguemos y compartamos una visión común sobre su destino.
Por eso celebramos que un grupo notable de la sociedad civil haya tomado la iniciativa de convocar a una reunión, que podría ser histórica, para suscribir y dar a conocer y el Acuerdo Nacional para la Unidad, el Estado de Derecho, el Desarrollo, la Inversión y el Empleo.
De hecho, las consideraciones generales del escrito, firmado en el Alcázar del Castillo de Chapultepec el pasado 29 de septiembre, explican en buena medida las intenciones de aportar, discutir y enriquecer un proyecto de nación del que carecemos.
Cuántas veces no hemos comentado en este espacio la irresponsabilidad y negligencia del Poder Legislativo, que se ha convertido en un verdadero palenque, donde sólo se escenifican pleitos y desacuerdos.
Y qué decir de los partidos políticos, que no han sido capaces de responder a las demandas y urgencias de la sociedad mexicana.
Tampoco los gobernantes que elegimos en 2000 -en todos los niveles- han respondido a las expectativas y anhelos de la ciudadanía en general.
Este panorama de negligencias y omisiones graves, ha provocado una honda pesadumbre social, desánimo, indignación y ruptura con la clase política.
Por eso celebramos este acuerdo, pues al igual que ocurre en las leyes de la física, entró al relevo la sociedad en pleno para llenar con ideas, voluntad, inteligencia y conciliación esos terribles vacíos que tanto se sienten y afectan a nuestra nación, dentro y fuera de sus límites.
Sus grandes objetivos responden a temas que a todos nos interesan y vinculan: 1) Estado de Derecho y seguridad pública; 2) Desarrollo con justicia: crecimiento económico y empleo; 3) Formar y desarrollar capital humano y social; 4) Desarrollo de capital físico, y 5) Reforma de la administración pública.
El documento concluye diciendo: “Tenemos una clara conciencia del enorme potencial de México, por lo que decidimos unir nuestros esfuerzos hacia los objetivos que hemos propuesto. Los sectores de la producción son fundamentales para el desarrollo nacional y la inversión, el empleo y la redistribución de los ingresos retroalimentan ese desarrollo nacional. Y para insertarnos con rapidez en la sociedad tecnológica contemporánea y en un proceso de desarrollo más acelerado, es indispensable: Fortalecer la unidad nacional y establecer políticas de Estado y objetivos de mediano y largo plazo. Es imprescindible el afianzamiento del Estado de Derecho, el crecimiento acelerado sostenido y sustentable con empleo, el desarrollo y formación de capital humano, social y físico. Al acordar los términos de esta convocatoria nacional somos los primeros comprometidos con México y su destino, porque tenemos la certeza que todos lo sectores unidos somos más grandes que nuestros desafíos”.
Sin embargo, aun cuando me parece un excelente texto, que como sabemos se enriquecerá con opiniones, críticas y sugerencias de ciudadanos y grupos diversos, en lo personal propuse que se incluyan de manera más destacada los temas de la cultura y la importante presencia de la mujer, pues me parece que falta precisarlos más en toda su dimensión y con la relevancia que merecen.
Ya veremos qué sigue. Lo importante es sumar esfuerzos para que no se quede en un catálogo de buenas intenciones ni sea manipulado por nadie. Tampoco se deberá permitir que este impulso sea utilizado para beneficio económico y político con carácter individual o de unos cuantos.
Pero empezó bien y queremos que sea mejor.
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