Demandan vecinos alumbrado público y vigilancia pública
EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- Doña Magda tiene nueve años en su vivienda, que se ubica en la colonia Rocío Villarreal. Su terreno es regular, pero carece de servicios como alumbrado público, pavimento y vigilancia policiaca.
Hace menos de dos años, el Ayuntamiento comenzó a emparejar y pavimentar algunas de las calles de esta colonia, pero la obra se suspendió y los habitantes de las vías más deterioradas se quedaron a la espera de que se reanudaran los trabajos.
?En Obras Públicas nos dijeron que el dinero ya no alcanzó, por eso nomás hasta ahí llegaron?, manifiesta María Hilda Martínez, quien es madre de familia y colona de la Rocío Villarreal, ?no es justo porque nosotros también estamos regulares, tenemos escrituras y todo, pero no atención?.
Los vecinos de esta comunidad viven con múltiples carencias en sus casas, la mayoría de bloc, aunque aún se distinguen dos jacalitos de madera con láminas. Mientras exponen las necesidades de que haya ?algo de obra? en la colonia, dejan entrever una gran desconfianza hacia los compromisos sociales de los funcionarios municipales. Todos coinciden en que sólo se les busca en períodos de campaña política, pero una vez obtienen el triunfo, ya no regresan. Hasta que son tiempos electorales, se dejan ver nuevamente, y otra vez es época de promesas e ilusiones.
La lluvia no es bienvenida en este lugar. La falta de pavimento y fallas en el drenaje propician la acumulación de agua en las calles, una laguna que termina en el interior de las viviendas, echando a perder muebles, pisos, ropa y paredes.
Para Diana Martínez, quien se dedica al hogar, es muy difícil salir de su casa cuando llueve, pues su vivienda es una continuación de la laguna. El agua se filtra poco a poco por debajo de la puerta, pero si la abre, entra por completo y moja sus escasas pertenencias, que con sacrificios ha logrado juntar.
?Necesitamos una chalupa para andar en estas calles?, dice la madre de familia, ?lo que yo hago es poner tablas cuando sólo hay agua afuera?.
La situación es igual para las otras señoras que viven en esta zona. Relatan que guardan siempre bolsas de plástico para estas situaciones, donde se requiere cubrir los zapatos y parte del pantalón. Sin embargo, algunos ya tienen una solución temporal para esto: bordos de tierra frente a las casas.
?Que pongan aunque sea piedritas si no hay para pavimento?, manifiesta Diana Martínez, ?una emparejadita y piedras, así ya se nos quitarían muchos problemas?.
Los taponamientos de drenaje se turnan en las viviendas de esta colonia, a veces le toca a una vecina, en ocasiones es en la casa de alguna otra, pero desde hace años persiste el problema y las aguas negras acaban en la calle Quintana Roo.
La última vez fue en la casa de María Hilda, quien desde el comienzo, acudió a las oficinas del Sistema Municipal de Aguas y Saneamiento (Simas) para denunciar la fuga, pues de su baño empezó a salir un hedor penetrante, seguido por aguas negras que cubrieron el suelo.
La señora cuenta que vivieron con esta situación poco más de un año, hasta que su esposo hizo todo lo posible y lo destapó, desesperado por las infecciones que generaba en los pequeños la humedad, además del mal olor.
?No podíamos ni comer?, refiere la mujer, ?lo reportábamos miles de veces, cada semana, y nos decían que sí pero nada, ahí nomás se acumulaba más, así pasamos la Navidad y el Año Nuevo, tuvimos fiestas muy olorosas?.
La peste aún se percibe en la calle Quintana Roo. La tierra presenta hundimientos, es muy irregular, y hay montoncitos de escombro, pues cuando era una laguna, los niños arrojaban piedras, unos por diversión, otros para poder cruzar.
Los vecinos aseguran que han sido ignorados en las diversas dependencias gubernamentales, pues aunque han solicitado ya en múltiples ocasiones la instalación eléctrica, no han tenido acciones por parte de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
?Nos dijeron que pusiéramos nosotros las bases y ellos colocaban los postes, pero yo creo que no hay porque ahí están las bases solas?, indica María Magdalena Soto, quien tiene una miscelánea, ?hicimos nuestra parte, pero nos deben todavía el alumbrado.
?Hemos hecho escritos y nos cooperamos para la preparación?, agrega la señora, ?pero los de la luz ya no regresaron?.
La tardanza del personal de la CFE para atender la falta de luz de esta colonia ha ocasionado que los habitantes estén ?colgados?, lo que genera un riesgo de incendio.
?No nos queda de otra?, manifiesta el esposo de María Hilda, ?hemos andado solicite y solicite pero no nos dan opciones?.
En el olvido
La oscuridad favorece los robos en las casas, donde han desaparecido muchas bicicletas, ya que, señalan los vecinos, los rondines de las patrullas de la Dirección de Seguridad Pública Municipal (DSPM) sólo abarcan las calles pavimentadas, al igual que el servicio de recolección de basura.
Diana Martínez relata que, cada tercer día, camina a las vías con pavimento cargando sus bolsas de basura, pues los camiones no pueden pasar por su calle.
?Se entiende porque no tenemos pavimento y se atascan?, manifiesta la señora, ?deberían pasar, pero siquiera uno saca las bolsas que puede?.
Para los vecinos de los 28 lotes escriturados de la colonia Rocío Villarreal, las autoridades en esta zona han ?brillado por su ausencia?.
Los habitantes consideran que el alcalde, Guillermo Anaya Llamas, no se encuentra al tanto de las carencias de este tipo de poblaciones y le sienten ?lejano?.
?Es difícil que un presidente municipal como él se dé la vuelta por estos lados?, manifiesta uno de los vecinos, ?el señor no es del pueblo, no sabe cómo estamos?.