Gracias a su oficio, Armando Mendoza Flores pudo conocer a estrellas de Hollywood en Durango
El Siglo de Durango
Para Armando Mendoza Flores no hay mejor oficio que el suyo: zapatero. No por nada ha trabajado en esta área por más de 40 años.
Arreglando el calzado de las personas pudo solventar las necesidades de su familia y proveerles a sus hijos de una preparación académica a la que él no pudo acceder. Incluso, gracias a su labor, pudo conocer de cerca a las grandes estrellas de Hollywood que en algún tiempo estaban de paso por tierra duranguense al filmar sus películas.
En su pequeño taller en donde compone los desperfectos de los zapatos, conversa que su padre le heredó su amor por esta actividad. Y disfruta tanto su trabajo que no se imagina desempeñando otro. Es más, dice que si volviera a nacer sin duda, repetiría su historia.
Sus vástagos le comentan que es tiempo de retirarse pero él no contempla esa posibilidad. ?Se distrae uno, ya no puedo dejarlo, si lo hago, pues me muero?, glosa entre el olor de la pintura.
Reparación de Calzado ?El Zaguán? es el nombre de su negocio al cual llega toda clase de clientes. Desde los que dejan buenas propinas satisfechos por el servicio recibido hasta los que piden fiado y nunca regresan a saldar su cuenta.
Entre sus usuarios se encuentran algunos políticos del Partido Revolucionario Institucional (PRI), ya que las instalaciones del Comité Estatal de dicha institución se encuentran a pocos pasos de su establecimiento. También los burócratas de la Secretaría de Educación del Estado (SEED) vienen de manera cotidiana a su local.
Con tantas décadas de experiencia tiene muchas anécdotas que contar. Aún se emociona al recordar que en la época de bonanza del cine en Durango era frecuente ver a los actores y actrices protagonistas de las cintas. En ese tiempo, él laboraba con una empresa a la cual contrataban para cuestiones del vestuario. Por eso, narra que hizo los zapatos para varios artistas.
Platica que se esmeraron para hacerle unas botas a Claudio Brook pero al recibirlas las raspó en la calle, puesto que alegó, filmaría una escena en la que no podía lucirlas nuevas.
Tiene muy presente que ayudaron a Pancho Córdoba a prepararse para su papel en unas de sus películas, ya que en la historia era zapatero.
Lamenta no haber guardado las fotografías de este periodo de su existir, pero atesora las imágenes en su mente y en especial, en su corazón.
Aunque parece que remendar hoyos en las suelas, poner tapas, entre otras cosas es una tarea sencilla, Armando no se ha librado de los accidentes. Y es que al utilizar las cuchillas ha sufrido heridas. Recuenta que en una ocasión un cliente fue el que lo llevó a recibir atención médica cuando se lastimó.
En un pequeño descanso de su faena establece que el oficio ha perdido auge. La gente ya no se preocupa tanto por mandar a arreglar sus zapatos como en años atrás. Además, pocos son los jóvenes que tienen el interés de prepararse en esta área, mejor prefieren pedir dinero en la calle que aprender un quehacer.
Por eso piensa, que los zapateros ?se están terminando?. Subsisten aquellos que ya tienen muchos años ganándose el pan diario de esta forma. Cita por ejemplo que en su caso, ninguno de sus descendientes se interesó en esto así que está consciente que cuando él no esté, ?El Zaguán? cerrará sus puertas permanentemente.
PORMENORES
Armando Mendoza Flores de oficio zapatero, asegura que su labor es una verdadera artesanía.
-Trata de que sus precios sean económicos para que sus clientes no vean la cuestión monetaria como un obstáculo para buscar sus servicios.
-Su hermano también comparte su labor y entre ambos fabrican botas.
-Utiliza una máquina que data de la Segunda Guerra Mundial. A pesar de que es antigua apunta que es la ideal para su actividad.
-La experiencia le dicta que el fin de año es una buena temporada pues las personas deciden arreglar su calzado. No sucede lo mismo con el tiempo de lluvias.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Durango.