El presidente Vicente Fox afirmó que el zapatismo “está quedando prácticamente en el pasado” en Chiapas, entidad que ve al futuro con un nuevo rostro: el de una sociedad que se moderniza y trabaja.
El Estado, acotó, “dice no a la política de las armas; dice sí a la política del diálogo y la solidaridad”.
En gira de trabajo de dos días, apuntó que “quienes quieran aprender a dialogar, a forjar acuerdos y a ver por el bien de México, que vengan aquí”, donde los chiapanecos han construido espacios de armonía con democracia y buena voluntad.
Fox se reunió con más de mil indígenas tzeltales, tzotziles, choles, tojolabales y lacandones, quienes han llegado a acuerdos para resolver disputas de tres décadas, que convirtieron a la reserva de los Montes Azules en un foco rojo, por la gravedad de los conflictos.
La clave de ello, dijo, fue la democracia y la tolerancia de los campesinos. “La democracia está dando respuesta efectiva a los problemas que crearon todos los gobiernos autoritarios”.
Luis H. Álvarez, representante del Gobierno para el diálogo con los zapatistas, afirmó que dirigentes indígenas le han reportado que líderes del movimiento de 1994 calladamente “toman nota” de las respuestas que el Gobierno federal ha dado a las legítimas demandas de la gente.
