La realidad nos dice que en este país tenemos más de un presidente de la República, a los que identificamos, para mayor confort de los que lean esta colaboración, por las siglas de sus nombres, VFQ, FCH y AMLO. El primero está dejando el timón de mando, pues, sin decir agua va, bajó la cortina, el segundo trae en su bolsillo una hoja expedida por un Tribunal que convalidó su elección y lo declaró presidente, sin que al parecer sea suficiente para que sus contrarios le quiten el mote de espurio, el tercero es producto de un plebiscito ranchero en el que unánimemente, los que acudieron a la Convención Nacional Democrática, en la Plaza de la Constitución, acordaron nombrarlo presidente electo. Este último, no reconocido legalmente, hasta ahora, pero, por lo que se ve, sí tolerado. El próximo primero de diciembre veremos qué sucede, pues ese día toma el puesto FCH, bastando que se inicie el primer minuto de ese día para que proceda ?de manera automática?, según aseguró el vocero de la Presidencia.
He de decir, que la protesta de guardar y hacer guardar la Constitución Política no es una fórmula rutinaria que pueda evadirse, pues si bien se establece en la Ley que entrará a ejercer su encargo el primero de diciembre, la verdad es que requiere la solemnidad de una protesta ante el Congreso de la Unión, sin la cual todos sus actos estarían afectados de nulidad absoluta, esto es, no producirían efecto jurídico alguno; o en otras palabras, FCH no entraría en funciones de presidente. En otro aspecto, hay quienes indican que no es conveniente que se salga del horario habitual pues si la protesta la hiciera en horario anormal, estaría dando a conocer una extrema debilidad que al país no le conviene. Lo que estaría consiguiendo, a la par de que sólo se le conozca por la parte trasera, es evitar la amenaza de los seguidores de AMLO quienes han propalado a los cuatro vientos que harán lo que sea necesario para que el primero de diciembre no haya toma de posesión.
El asunto es que las cosas no pueden seguir así. Alguien tendrá que hacer algo dentro de los dos meses siguientes. El rehuir las responsabilidades no es lo que necesita este país. El desasosiego provoca ansiedad en una sociedad que está expectante esperando qué va a suceder. Es una ?papa caliente? que según todos los visos se pretende que la reciba el que viene atrás. Lo peor de todo es que a FCH le temblequean las piernas cuando se entera que los partidarios de AMLO se encuentran en las cercanías. Esto no puede seguir así. La culpa está en uno de los lados. Cada vez que echo un volado arrojando la moneda al aire, para ver si sale Águila o Sol, cae al piso con el águila mocha hacia arriba. La suerte, sin chapucerías, me dice que la culpa de este estado de vaguedad, es del Gobierno saliente y por lo que se ve, el entrante también, los que están metidos en una verdadera encrucijada, en un berenjenal de papeletas electorales. Tienen la cuchara por el mango pero no se atreven a servirse la sopa por temor a quemarse, está demasiado caliente y al parecer no tienen aire suficiente en los pulmones para soplarle, cada vez que lo intentan se mojan los pantalones.
Está peliagudo saber qué hará en adelante FCH o, en su caso, AMLO. Hace varios días, se anunció que el próximo 20 de noviembre será el día en que AMLO haga lo que Napoleón Bonaparte (1769-1821), que se puso a sí mismo la corona de laurel dorado. A propósito, Napoleón necesitó dos plebiscitos para llegar a emperador. El gran corso asestó un golpe de Estado en 18 brumario, es decir el sábado nueve de noviembre de 1799. La mañana había amanecido fría y gris, con retazos de niebla. Bueno, AMLO quiere que su consulta comprenda la mayoría de las entidades federativas. En su anunciada gira por los pueblos de provincia, le estará midiendo el agua a los camotes, como se le dice coloquialmente a una auscultación del sentir popular que le pueda servir para efectuar un plebiscito definitivo.
En el lado opuesto, hasta el momento, sólo se escucha el rechinar de dientes, las voces sofocadas, las pisadas de pesadas botas. Nadie ríe. Se oyen imprecaciones. Bien, de seguir con su resistencia pacífica, lo sabe AMLO, tan sólo va a conseguir atizar el rencor, el odio y que se agudice la propaganda hostil de sus adversarios, nada más. Necesita hacer algo espectacular si no quiere convertirse en el hazmerreír de sus enemigos. Es más que la verdad, para qué nos hacemos guajes. En fin, para las semanas que vienen, a los protagonistas de este *melodrama, les estará llegando el fuego a los aparejos.
Nota bene.- *melodrama: obra teatral, cinematográfica o literaria en que se exageran toscamente los aspectos sentimentales y patéticos, y en la que se suele acentuar la división de los personajes en moralmente buenos y malvados, para satisfacer la sensiblería vulgar, aspectos que no se pueden considerar peyorativos. Abundan las emociones lacrimosas.