Niños y jóvenes son la mitad de los desplazados internos por el conflicto en Líbano, que no han escapado de la guerra.
Beirut, Líbano.- Ahmed se afana con sus pinturas sobre un banco de cemento. El objeto de sus desvelos, como el de Mustafa y Mohamed, es colorear un Spiderman suspendido en el vacío.
?Lo he elegido porque es un héroe que ayuda a los niños amenazados por los monstruos?, explica mientras muestra su obra. Los tres niños, de siete años, participan en un taller de dibujo que un grupo de sicólogos ha organizado para ayudar a los pequeños a superar el trauma de los bombardeos.
Niños y jóvenes suponen casi la mitad de los desplazados internos en Líbano y aún quedan miles de ellos atrapados en el sur del país. ?Todavía hay 20 mil niños detrás de las líneas donde se combate, traumatizados y sin posibilidad de salir y no podemos llegar hasta ellos?, declaró una fuente de la ONU en Tiro.
Khaled Mansour, el portavoz de esa organización en Líbano, no se atreve a precisar, pero admite que pueden ser varios miles. ?Nadie tiene cifras exactas, porque no tenemos acceso. Hay 21 pueblos en los que quedan entre diez mil y 130 mil personas bloqueadas?, resume.
Ahmed y sus compañeros han tenido más suerte. Sus familias lograron refugiarse desde los primeros bombardeos en la escuela primaria Raml al Zaref, en el barrio beirutí de Hamra. Ese colegio es uno de los cinco elegidos por el Centro de Asistencia Spears para lanzar su proyecto piloto de atención sicológica a niños y jóvenes, lo que les permite pasar gran parte del día con actividades como dibujar, hacer teatro o ver películas.
Son 40 niños entre dos y 12 años, la mayoría de los suburbios meridionales, de zonas intensamente bombardeadas por la aviación israelí. La destrucción de sus casas significa que muchos de los chavales no recuperarán sus juguetes.
?Es necesario intervenir lo antes posible para evitar los desórdenes postraumáticos y el estrés asociados a estas situaciones?, explica Ola Ataya, la sicóloga que coordina el proyecto.
Las 13 Organizaciones No Gubernamentales que trabajan en el Spears han organizado cinco equipos de voluntarios formados por un sicólogo y animadores, pedagogos o artistas. ?Los primeros días no tenían nada en que entretenerse?, declara Ataya. Los padres, superados por las circunstancias, ?tampoco les prestan suficiente atención?.
Aparecen pesadillas, problemas de sueño y cambios de comportamiento. Algunos vuelven a hacerse pipí en la cama. ?Sienten que sus padres no les protegen lo suficientemente bien. Explicamos a los padres que los niños son como esponjas y que incluso si no entienden, sienten su rabia, su miedo, perciben sus estados de ánimo y los interiorizan?, dice Ataya.
Con razón Spiderman es el dibujo favorito de los niños. Las niñas prefieren a Dorah. ?¿No la conoces? Es la nena que enseña francés en la tele?, interviene decidida Zahraa Aboud, de 11 años.
Dorah también es una heroína que vive muchas aventuras. Zahraa, que se cubre con un bonito hiyab, admira su cabello negro y liso.
?Los niños necesitan héroes?, admite Abdelrahim al Awji, un escritor que se ha unido al proyecto. ?Tienen mucha más capacidad de superación porque viven día a día, y no se plantean que pueden morir o qué va pasar mañana?.
