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SANTIAGO DE CHILE.- América Latina y el Caribe presentan avances importantes en su meta de llegar al 2025 sin hambre, aunque mantiene cifras “inaceptables” de pobreza, afirmó el representante regional de la FAO, José Graziano da Silva.
El delegado de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) dijo que 52 millones de personas sufren desnutrición en la región, lo que representa cerca del diez por ciento de la población total.
El funcionario, quien fue asesor del presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, destacó sin embargo que la cifra representa una caída de 13 por ciento en 14 años, ya que de 60 millones de desnutridos que había en 1990, se bajó a 52 millones en 2004.
Pero las otras cifras del balance que hace la FAO no son optimistas y reflejan una enorme inequidad y un desafío político, económico y social para los gobiernos, las élites políticas y las instituciones de la región, acotó Graziano da Silva.
“Si en América del Sur hay 34 millones de personas desnutridos (casi la mitad corresponde a Brasil), el diez por ciento de su población, en América central la cifra es de siete millones, pero corresponde a un 20 por ciento de sus habitantes”, advirtió.
En lo que respecta al Caribe, las cifras reflejan la mayor incidencia de hambre en el hemisferio, ya que en esa región cerca de seis millones de personas sufren de desnutrición, lo que equivale al 21 por ciento de su población total.
El 30 por ciento de la población rural de América Latina y el Caribe vive bajo el índice de pobreza, flagelo que afecta a cuatro de cada diez latinoamericanos, con un 30 por ciento inmerso en la indigencia.
Graziano da Silva indicó que uno de los datos más dramáticos, por sus consecuencia en la salud y la educación, es el que establece que 60 por ciento de los niños de la región se cría en condiciones de pobreza, lo que tiende a reproducir el ciclo de miseria a futuro.
De acuerdo con los estudios de la FAO, alrededor de un 20 por ciento de los niños presenta desnutrición crónica, moderada o grave, lo que “compromete claramente el porvenir de toda una generación”, advirtió el representante del organismo internacional.
“Si los niños hasta cinco años no comen, no toman leche y las vitaminas adecuadas, comprometen su desarrollo para toda la vida. No se recuperan más. Y el resultado final es una población de baja estatura, baja capacidad motora y de aprendizaje”, alertó.
La situación, además de preocupante, resulta paradójica si se considera que la región produce tres veces los alimentos que requiere para alimentar a su población.
“Tenemos la preocupación de que una región con condiciones tan favorables, donde sobran productos alimenticios y donde en algunos países el problema es la obesidad, presente estos niveles de hambre y desnutrición”, agregó Graziano da Silva.
El representante regional de la FAO en América Latina y el Caribe reconoció que en los años 2003, 2004 y 2005 algunos países asumieron una responsabilidad política respecto de la lucha contra el hambre.
Mencionó como ejemplo el caso de Brasil, donde el presidente Lula da Silva impulsó sus planes de “Hambre Cero”, beneficiando a gran parte de la población pobre de ese país.
Graziano da Silva aseguró que también se han producido cambios “extraordinarios” en Argentina, Perú y Chile, cuyos gobiernos han adoptado políticas para reducir la pobreza.