Mientras la institución no cuente con instrumentos legales para actuar, será difícil evitar que el presidente, sindicatos, empresarios y televisoras intervengan en futuros comicios, alerta Luis Carlos Ugalde.
EL UNIVERSAL
México, DF.- Luis Carlos Ugalde, el incombustible consejero presidente del Instituto Federal Electoral, no duda un instante en afirmar: mientras el instituto no ?tenga dientes?, es decir, instrumentos legales, será muy difícil que el árbitro electoral pueda ser más eficaz para evitar que el presidente de la República, gobernadores, sindicatos, medios electrónicos, cúpulas empresariales u otros actores políticos intervengan en futuros comicios. Así de sencillo es para quien el primero de julio pasado (y aún el dos) todo era tranquilidad y apenas se avizoraba un proceso electoral competido, sí, pero nunca uno que tuviera que resolverse en la máxima instancia: el Tribunal Electoral. Mucho menos una jornada que un día después habría de ser señalada por el principal candidato derrotado, Andrés Manuel López Obrador, como fraudulenta.
El funcionario rechaza tajante que deba renunciar al cargo y con él el resto de los consejeros electorales por la crispación política generada tras los comicios; calificó de falsas las acusaciones de la coalición Por el Bien de Todos en el sentido que miembros del SNTE sustituyeron días antes de las elecciones a presidentes y otros miembros de las mesas directivas de casilla; defendió a las instituciones del país en oposición a la expresión de López Obrador (?Al diablo con estas instituciones?, dijo en algún mitin el ex candidato presidencial), y lamentó que se insista en que ocupa su actual posición por intermediación de Gordillo.
Ugalde asegura, en esta primera entrevista amplia que da a cuatro meses de las elecciones de las que salió victorioso Felipe Calderón Hinojosa con apenas 0.5 por ciento de ventaja, que es desproporcionada la influencia en las elecciones de los medios de comunicación electrónicos, del mismo modo que lo es la concentración en segmentos de poder con una ?enorme influencia? como las cúpulas empresariales o los sindicatos, que pueden inclusive orientar la votación de los agremiados y de otros grupos empresariales.
Con la legislación actual, dice, no hay cómo el IFE obligue a los medios de comunicación o a particulares a cumplir con lo que la institución resuelve. Las televisoras, dice, fueron cuidadosas en la cobertura noticiosa del proceso electoral y que aun en La Parodia, de Televisa, dieron un ?trato equitativo? a los candidatos presidenciales.
Para este economista y politólogo de 40 años de edad, graduado en la Universidad de Columbia de Nueva York, si los organismos empresariales o el presidente de la República ?a quienes en estas elecciones se les exhortó a no intervenir? ?no cumplen y desacatan a la autoridad electoral (entonces,) el IFE debe tener dientes para actuar?. Esta la parte sustancial de la entrevista con Ugalde:
¿Cuál es el balance del proceso electoral pasado?
Diré primero que se trató de una jornada cívica exitosa, tranquila, pacífica y sin incidentes; con una votación copiosa, sin denuncias y sin quejas.
Segundo: se trató de la elección con los mejores índices de desempeño del instituto. Un ejemplo: de 130 mil 488 casillas, sólo 11 no se instalaron.
En tercer lugar, fue una elección donde hubo más equilibrio en los recursos para competir por la Presidencia de la República; pongo tres ejemplos: los contendientes gastaron cantidades semejantes en spots; la cobertura de medios electrónicos fue la más equilibrada en los últimos 15 años, en términos de segundos y en tratamiento editorial y, por último, por primera vez en los últimos 15 años los partidos fueron obligados a entregar informes anticipados de su gasto en medios.
Y un cuarto elemento. Por primera vez en la historia electoral en México vimos tres fenómenos que generaron enorme controversia: el activismo verbal y político del presidente de la República y de algunos gobernadores; la participación de actores privados en las contiendas políticas, y el fenómeno nuevo de las campañas negativas que llevaron a cabo diversos candidatos y partidos.
La percepción que se tiene en la sociedad es la del conflicto. La percepción en la política no siempre coincide con la realidad desafortunadamente. La percepción del dos de julio se modifica a partir del tres de julio. Recordemos lo que el dos de julio decían partidos, ciudadanos y medios. La sesión del Consejo General inició a las ocho de la mañana, y los partidos y coaliciones expresaron beneplácito por la organización de la elección. Hasta antes de las 11 de la noche, no hubo una queja grave por hechos que estuviesen ocurriendo a lo largo del país. La historia comienza a cambiar a las 11 de la noche, y el tres de julio, súbitamente, la lectura de algunos actores políticos se modifica con respecto a lo que habían dicho el dos de julio. Y empiezan diversas interpretaciones; entre éstas, se arguye que hubo sesgo en las casillas, que hubo irregularidades, e incluso que hubo fraude electoral.
Uno de los asuntos que se usó como argumento del supuesto fraude fueron los errores humanos al llenar las actas de votación, errores que siempre han existido. En 2000, año de la llamada elección ejemplar que organizó el IFE (y que sí lo fue), 51 por ciento de las actas de votación presentó algún tipo de error en el llenado; para 2006, el 46 por ciento de las actas muestra algún tipo de error de llenado. En términos de llenado de actas, la elección de 2006 es mejor que la de 2000.
¿Podría haber hecho más el IFE contra el activismo verbal del presidente Fox y de los gobernadores?
El IFE hizo más que en el pasado para acotar la actuación de los funcionarios públicos. Nunca antes el IFE había aprobado un acuerdo de neutralidad con diversas prohibiciones. En el pasado, en la elección del 2000, sólo se prohibió que 30 días antes del dos de julio debían retirar la publicidad. Hoy ese término se aumentó a 40 días. El problema de estas controversias sobre cómo arbitrar y acotar la conducta de servidores públicos, en especial el presidente, es que se le exige al IFE que acote comportamientos sin tener instrumentos de sanción en la Ley.
¿Usted diría que le hacen falta dientes al IFE?
Si se quiere que el IFE calle al presidente de la República durante los procesos electorales, se le tiene que dar instrumentos para que lo haga, por una razón muy sencilla: el IFE estableció una serie de ?candados? para que se retirara la publicidad oficial 40 días, y se cumplió; se le pidió al presidente que no fuera a mítines de campaña y lo cumplió. Pero bajo ninguna Ley está contenido que el presidente no pueda opinar sobre política o sobre candidatos o sobre campañas. El hecho es que fue un comportamiento imprudente (del presidente Fox), innecesario e indeseable. El acuerdo de neutralidad fue uno de los elementos que ayudó a evitar que las declaraciones del presidente pusieran fatalmente en riesgo la elección.
Hay lagunas legales... La sobrerregulación es producto de un propósito de equilibrar las condiciones de la competencia, y ha sido correcto. En este momento debemos preguntarnos si queremos un modelo liberal, en donde se privilegia la libertad de expresión, o un modelo regulatorio restrictivo, que privilegia la equidad. A veces la regulación excesiva conduce a mercados negros, conduce a evasiones, conduce a violar el espíritu de la Ley.
¿Y sobre la intervención de empresarios y sindicatos?
Es un fenómeno que en el caso de los sindicatos se ha dado tradicionalmente, y en cuanto a los empresarios se da por primera vez de manera significativa y abierta. Este es otro de los temas que debemos discutir (...). Cuando tienes un sistema competitivo en los medios de comunicación, en la vida empresarial y sindical, y en los diversos aspectos de la vida, lo deseable sería que todos tuvieran la libertad de expresar su posición política.
En México, la vida sindical y empresarial se concentra en segmentos de poder con enorme influencia. En los medios de comunicación hay conglomerados con una influencia desproporcionada, (pero) no hay manera de que el IFE, con la Ley actual, pueda obligar a los medios de comunicación o a particulares a cumplir con lo que el IFE dice, o que se puedan aplicar sanciones.
La coalición Por el Bien de Todos dijo que se permitió que miembros del SNTE sustituyeran a funcionarios de casilla pocos días antes de la elección...Nunca se dieron nombres, datos. Entre el nueve de mayo y el primero de julio hubo una sustitución de funcionarios de 18 por ciento, semejante a elecciones pasadas, es normal. Se pararon spots que decían que López Obrador era un ?peligro para México?, pero no se hizo mucho frente a dichos negativos como ?ya cállate, chachalaca?.
La responsabilidad de elevar la calidad de las campañas es, primero, de los candidatos y después de lo que la Ley establece como límites. La Ley mexicana sólo prohíbe la difamación y la calumnia. Es indeseable que los candidatos (y lo digo en plural) hayan difamado en sus expresiones, en sus discursos y en sus spots.
¿Cómo se debe combatir esto?, modificando la manera en como se llevan a cabo las campañas políticas: reduciendo su duración, transparentando las decisiones de los partidos políticos y clarificando el acceso a los medios de comunicación. Hago notar que las campañas negativas las hicieron los partidos y los candidatos. ¿A quién se debe culpar de eso?, ¿al IFE o a los partidos y sus candidatos?
El IFE no creó el conflicto preelectoral, no creó el conflicto post electoral, actuó con gran transparencia. El IFE es una de las instituciones más respetadas.
¿Qué le dicen expresiones como la de ?al diablo con esas instituciones?, de López Obrador?
Sin instituciones no habría vida democrática posible, sin instituciones no hay esta obra de derecho, sin instituciones no es posible llegar a acuerdos. En este momento el paso fundamental de la democracia mexicana significa poder hacer las modificaciones legales pertinentes cuidando y fortaleciendo la vida institucional de México.
¿Cómo sale del paso de quienes insisten en su cercanía con la maestra Elba Esther Gordillo?
Es suponer que las voluntades individuales guían la vida institucional del país. El IFE es una institución que toma decisiones con base en la Ley y con base en personal de carrera; suponer otra cosa es vulnerar las instituciones. Yo fui designado por la Cámara de Diputados y eso es, me parece, lo único relevante.
¿Sirvió el acuerdo que firmó con Televisa para transparentar el rol de los medios en las
campañas, incluyendo programas como ?La Parodia? y telenovelas?
Si se quiere transparentar el papel de los medios de comunicación en los procesos electorales, no sólo para saber con más claridad cuánto se gasta en televisión y radio, sino todos aquellos instrumentos de influencia política a través de programas y telenovelas, se tiene que clarificar en la Ley; mientras no se clarifique en la Ley, contrasta lo que se le exige al IFE con lo que el instituto puede hacer.
En este proceso los medios fueron sumamente cuidadosos, en la cobertura noticiosa e inclusive en programas como La Parodia, con algunas excepciones, para dar un tratamiento equitativo a todos.
Nuestro monitoreo muestra que el candidato que mayor cobertura noticiosa tuvo fue Andrés Manuel López Obrador, y que las notas positivas, negativas y neutras se distribuyen de manera muy semejante. Reitero, ¿queremos que las campañas se sigan dirimiendo en la televisión, como se hizo en esta elección? ¿Eso contribuye a elevar la credibilidad del debate? ¿Ese es el tipo de orientación que le queremos dar a la competencia entre candidatos a la Presidencia? ¿Así contribuimos a elevar la calidad democrática y la cultura de los mexicanos? El hecho es que hubo transferencia neta de millones de pesos a las televisoras. La pregunta relevante antes de cuánto cuesta, es cómo elevar la calidad de las campañas. Ese es el asunto de fondo, no es si el IFE sacó o no los spots de ?es un peligro para México?.
Mientras los partidos sepan que solamente pueden ganar en spots de 20 segundos, la calidad del debate no aumentará. Si queremos evitar eso tenemos que trasladar el debate político a otro tipo de formatos.
¿Debates obligatorios?
Por ejemplo, pensar en cómo evitar campañas negativas es hacer que los debates sean obligatorios, temáticos y en espacios gratuitos para los partidos políticos.
¿El dos de julio hubo errores de comunicación?
El dos de julio el IFE actuó conforme al script que se había acordado con los partidos. (Pero ahora) 45 por ciento de la población, de acuerdo con el estudio de Parametría, considera que el IFE cometió un error al no haber dado a conocer el ganador la noche del dos de julio. Eso significa que la población considera que el IFE ocultó, postergó o contribuyó a la incertidumbre al no decir quién ganó.
Y esta reflexión quiere decir que en cualquier sistema y en cualquier deporte los empates generan frustración y la frustración se traduce en una crítica al árbitro. Si no hay ganador claro a la gente no le gusta el juego, no sale contenta y termina frustrada. Y eso pasó la noche del dos de julio. Cuando el IFE sale a las 11 de la noche, por decisión del Comité del Conteo Rápido, es éste quien decide que el margen de diferencia no te permite concluir con certeza quién ganó.
Y es lo que anuncio y leo. Eso genera una crítica sorprendente porque el IFE sólo cumplió con el acuerdo adoptado por los partidos. La animadversión contra el árbitro ha hecho que diversos actores pidan un cambio total de integrantes del IFE, incluida su renuncia.
¿Qué responde?
Es inadmisible e irresponsable sugerir que el conflicto post electoral, que se debe a la irresponsabilidad de los contendientes y a un reglamento insuficiente, se vaya a resolver modificando al árbitro. Una de las fortalezas del IFE es su autonomía. Reitero: el referente que tenemos es que el Tribunal Electoral acreditó la actuación del IFE.
Una última reflexión: ¿cuál es el cambio que debe registrar el modelo actual de régimen
político en México?
La creciente insatisfacción de los mexicanos es que la mayor democracia que tenemos no se está traduciendo en mejores gobiernos, creo que la demanda es cómo hacer una reingeniería institucional para que los políticos tomen decisiones y aplicarlas con mayor eficacia. Y eso incluye al Congreso, al Poder Judicial, al sistema electoral, al sistema fiscal; creo que eso es a lo que nos debemos abocar en los próximos años.