Internacional Jeffrey Epstein Chile Israel-Palestina Donald Trump Narcotráfico

‘Imprimen’ mujeres su marca en el Ejército

AP

ISLAMABAD, PAKISTÁN.- En una época, el único trabajo que podía conseguir una mujer en el Ejército de Pakistán era el de enfermera. Pero ahora hay mujeres paracaidistas, pilotos de cazas de combate e inclusive generalas.

El perfil de las Fuerzas Armadas de esa nación islámica está cambiando lentamente. Hay apenas cuatro mil mujeres en un Ejército de 550 mil efectivos militares, menos del uno por ciento del total. Pero las oportunidades comienzan a surgir.

Los jefes de las Fuerzas Armadas están ansiosos por mostrar una cara más liberal, promocionando mujeres oficiales como modelos a seguir en un país donde el respeto a los derechos de la mujer tiene antecedentes bastante desiguales.

“No existen restricciones culturales que impidan a las mujeres ser modelos o actrices. Por lo tanto ¿por qué impedirles ser soldados?” dijo la teniente general Shahida Badsha, una médica militar que se convirtió en la segunda generala del Ejército de Pakistán en enero.

En abril, las primeras cuatro mujeres piloto se incorporaron a la Fuerza Aérea. Dos semanas más tarde, las dos primeras paracaidistas completaron su adiestramiento, saltando de un avión para marcar su graduación.

Ahora el Ejército ha enrolado a 30 mujeres en los cuerpos de señaleros, zapadores y computación, así como en el sector de justicia militar. En el pasado, las mujeres sólo podían incorporarse como enfermeras.

“Es un buen paso ofrecer oportunidades iguales a ambos sexos”, dijo el general Shaukat Sultan, vocero del Ejército. “Con cada día que pasa, Pakistán se hace una sociedad más abierta. Es el requisito básico de una democracia”.

No obstante, el presidente general Pervez Musharraf, quien tomó el poder en 1999 y sigue siendo el jefe de las Fuerzas Armadas, es un partidario del islamismo moderado y ha promovido la participación de las mujeres en la política. Sin embargo, no ha ordenado revisar leyes islámicas que hacen virtualmente imposible procesar a un violador, y son muy raros los castigos de los centenares de “asesinatos para defender el honor” de mujeres acusadas por sus familiares varones de presuntas infidelidades.

CAMBIO SUPERFICIAL

Los críticos dicen que aumentar la participación de las mujeres en las Fuerzas Armadas es un cambio superficial que tendrá escaso impacto en la sociedad en su conjunto, donde las oportunidades profesionales y de educación favorecen ampliamente a los varones. Sólo un 35 por ciento de las mujeres saben leer y escribir, en comparación con un 62 por ciento de los hombres.

Un recorrido por cualquier acantonamiento militar en las principales ciudades de Pakistán demuestra la brecha entre la vida civil y la vida militar. En tanto los cuarteles son limpios, con caminos y jardines inmaculados, las calles principales son sucias y caóticas. Los gastos militares representan un descomunal 20 por ciento del presupuesto del Gobierno.

Las nuevas reclutas dicen que uno de los atractivos de ingresar al Ejército es el orden y disciplina de la vida militar, y la relativa seguridad del sitio de trabajo.

“Me siento cómoda trabajando aquí hasta altas horas de la noche. No me ocurriría lo mismo afuera”, dijo Narita Farhan, de 24 años, una civil que trabaja en la oficina de relaciones públicas del Ejército, en Rawalpindi. Ella ha presentado un formulario para poder seguir cursos como oficial. La teniente de aviación Jamila Malik Nawaz, que trabaja en la misma división, tiene una opinión similar.

“El medio ambiente laboral es más propicio para las mujeres” en el Ejército, dijo. “He experimentado cierta resistencia en algunos escasos grupos, pero la mayoría de las personas me ha dado la bienvenida”.

Pese a las arraigadas costumbres conservadoras en ese país islámico, la reacción ante mujeres pilotos y paracaidistas que tratan de prosperar en un medio eminentemente masculino ha sido en su mayor parte positiva.

Fotografías de aviadoras de la Fuerza Aérea aparecieron en cada periódico de Pakistán y sus imágenes fueron difundidas por la televisión. Inclusive el presidente de la vecina Afganistán expresó su admiración.

VOCES DE OPOSICIÓN

Musulmanes de línea dura acusan a Musharraf de permitir a las mujeres ingresar al Ejército para complacer a Occidente y de ofender al Islam al permitirles que sirvan en las mismas unidades que los hombres.

“Las mujeres deben recibir entrenamiento militar, pero no en una atmósfera mezclada. Ellas deben tener sus propios regimientos”, dijo Ameer ul-Azeem, vocero de Jamaat-e-Islami, principal partido religioso de Pakistán.

Entre tanto, es muy difícil que las mujeres paquistaníes vayan en el futuro cercano a la primera línea del frente, aun cuando el Ejército enfrenta a militantes de Al Qaeda y partidarios de la milicia religiosa talibán en su frontera con Afganistán. El país también ha luchado en tres guerras y estuvo cerca de librar otras con la India en las seis últimas décadas.

Durante sus 27 años de servicio, la teniente general Shahida Badsha, la médica militar que se convirtió en la segunda generala del Ejército en enero, nunca participó en un combate. Sin embargo, espera que las mujeres lo hagan en el futuro.

“Tal vez no ocurra enseguida, pero luego de siete a diez años, jóvenes mujeres estarán preparadas para esos roles”, dijo Badsha, madre de tres hijos. “Es algo que me gustaría hacer. Sería muy emocionante”.

Leer más de Internacional

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Internacional

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 222773

elsiglo.mx