EFE / EL PAÍS
BEIRUT, LÍBANO.- El primer ministro libanés, Fuad Siniora, acusó ayer al secretario general del grupo shiita Jezbolá, Hasan Nasralá, de planear un golpe de Estado para derrocar al Gobierno actual y nombrar un primer ministro afín.
Siniora pronunció estas palabras en la sede del Gobierno frente a una delegación de decenas de seguidores provenientes de Sidón, 38 kilómetros al sur de Beirut, lugar de nacimiento del primer ministro. “Lo menos que podemos decir es que el discurso que lanzó ayer Hasan Nasralá no ha tenido éxito. Intenta dar un golpe de Estado contra el Gobierno, a pesar que dice que llama al diálogo y cree en la democracia”, dijo.
Siniora también señaló que “las amenazas de Nasralá, su retórica y su lengua se contradicen con los principios democráticos en los que dice creer”. Asimismo aseguró que los lemas del líder shiita portan las semillas de la discordia entre los libaneses.
Hasan Nasrala pidió ayer en un discurso televisado a sus seguidores que continúen la protestas callejeras, que comenzaron el pasado viernes, hasta hacer caer al Gobierno de Fuad Siniora.
Nasralá aseguró que el movimiento de Oposición “no es shiita”, sino que acoge a libaneses de todos los credos, y rechazó toda idea de conflicto sectario entre shiitas y sunnitas.
Ayer viernes, el líder fundamentalista arreció en sus andanadas en un mensaje televisado. Además de señalar que el Gobierno alentó a Washington y a Tel Aviv para iniciar la guerra –nada dijo del ataque de Jezbolá en la frontera de Israel ni de la captura de los dos soldados hebreos aún cautivos del partido-milicia- el jeque shii añadió: “Siniora ordenó al Ejército libanés confiscar armas destinadas al sur de Líbano”.
Jezbolá exige la dimisión del Gabinete o bien que se le otorguen los ministerios necesarios para disponer de una minoría de bloqueo en el Ejecutivo. Siniora rechaza una y otra opción, y asegura que su Gobierno es legítimo aunque la ausencia de ministros shiies suponga una quiebra de los pactos constitucionales.