En Quito, unos 15 mil fieles participaron ayer en el centro histórico en la tradicional procesión de “Jesús del Gran Poder”, la mayor celebración religiosa de Semana Santa en Ecuador, que tuvo su lado político.
Unos mil 500 penitentes, ataviados con capuchones de color púrpura, así como “verónicas”, mujeres vestidas con trajes del mismo tono, abrieron la movilización religiosa, que tiene como centro a “Jesús del Gran Poder”, una imagen tallada en el siglo XVII.
En la procesión varios ciudadanos ecuatorianos cargaron pesadas cruces y muchos fieles aprovecharon la celebración para expresar sus críticas a la situación actual por la que atraviesa el país y en el mundo.
Uno de los capuchones colgó en su cuello un cartel que decía: “Basta del genocidio mundial, abajo el imperialismo infernal”, mientras que otro, llevaba en sus hombros una cruz de madera, decorada con piezas de ordenadores y chips informáticos.