BANDERAZO DE SALIDA.- Nueva York es una ciudad de sorpresas y contrastes. Por ejemplo, observemos a esa fascinadora modelo que acaba de posar en el vestíbulo del hotel Waldorf Astoria junto a un Cadillac Dorado, luciendo joyas por cien mil dólares y un costoso vestido exclusivo de Simonetta... Cuando la sesión de fotografías termina, la joven modelo se cambia de ropa, entrega las joyas al representante de la joyería que la ha estado vigilando con dos guardias más, y vestida con unos jeans viejos y semiarrugados y una camisola ligera aborda un tren urbano que la lleva a un barrio pobre en las afueras de la gran ciudad, donde vive en un departamento de tres cuartos. Allí, como cualquier mujer de la clase media, prepara la cena para la familia.
CURVA PELIGROSA.- El directorio telefónico de Nueva York tiene 789 mil nombres, de los cuales tres mil 378 son Smith, dos mil 866 Brown, dos mil 562 Williams, dos mil 096 Cohen, y sólo hay un Mike Krasillovski... Hay en ese mismo directorio el anuncio del único sindicato de masajistas de baños turcos que hay en la ciudad... En la calle 45 hay una escuela de bailarinas de vientre... En el muelle 22 permanece anclado el viejo barco carguero ?John W. Brown?, tipo Liberty, usado por 300 estudiantes de artes marineras para sus prácticas a bordo... Hay taxis acuáticos que llevan a los pasajeros y a los miembros de la tripulación de barcos que no pudieron ser alcanzados a tiempo por haber llegado al muelle unos minutos tarde.
RECTA FINAL.- Hay en la calle 35 de la Gran Manzana una agencia que alquila a 15 luchadores enanos para fiestas sociales y de niños, y para despedidas de soltera. Todos caben en un taxi y pueden dormir en una sola cama... Moshe Pumperking paga un anuncio fuera de lo común en el directorio telefónico: se anuncia como plañidero profesional para llorar y gemir en los velorios... En la tienda ?Acuario?s? de la avenida Lexington venden las mascotas más extrañas que se puedan imaginar: arañas, serpientes no venenosas, larvas de gusano, puercoespines, zorrillos y ratas. Su dueño, Mark Stevens, dice que sus mejores clientes son mujeres de todas las edades, y que algunas le han confesado que duermen con esos bichos.
META.- En la Octava avenida están las lavanderías Swift, que lavan la ropa sucia de la mayoría de los barcos que llegan a Nueva York... Los conductores de autobuses de la Urbe de Hierro recorren diariamente casi cien kilómetros en jornadas de ocho horas de trabajo. En poco tiempo, sufren de los riñones, tienen hemorroides, cansancio visual, dolores en la espalda y tienden a engordar por estar tanto tiempo sentados. Muchos se retiran a los ocho o diez años de servicio, y buscan otros empleos... Los conductores de taxis, en cambio, no se quejan tanto, y todos presumen de las conquistas femeninas que hacen, y de las personalidades que les ha tocado transportar. Cuentan mil aventuras... Hay, en la zona elegante de Queens, paseadores profesionales de perros finos. Se encargan de recoger a los animales, llevarlos a caminar por calles y parques, y regresarlos con sus dueños en una o dos horas. Ganan bien pero tienen que exhibir un certificado especial de la policía... Nueva York es una ciudad de mujeres solitarias y tristes, dice un filósofo de la ciudad.