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A comprar se ha dicho

Eunice Martínez Arias

CONTRASTE |LOS FOTÓGRAFOS NO SIEMPRE LAS TOMAN EN SU MEJOR MOMENTO.

El Siglo de Torreón

La fama no libera a las estrellas de ser compradoras compulsivas.

TORREÓN, COAH.- Les gusta salir con sus amigos, bailar, escuchar música y charlar durante horas; pero además de esto, luminarias como Britney Spears, Lindsay Lohan, Jessica Simpson y Paris Hilton comparten otra pasión: ¡salir de compras!

No hay semana que los paparazzi no se ?encuentren? a estas ricas y famosas mujeres en alguna exclusiva tienda de Los Ángeles o de cualquier otra parte del mundo adquiriendo ropa, accesorios, zapatos o algunos carísimos lentes... al fin y al cabo dinero tienen, y de sobra.

Pero ellas no son las únicas, las gemelas Olsen también se dan sus escapaditas a los centros comerciales así como Tara Reid. La pregunta es: ¿por qué si todas adquieren prendas de lo más sofisticadas, siempre aparecen retratadas con modelitos que muchas veces no les favorecen?

Britney Spears, de todo un poco

A la ?princesa del pop? lo mismo puede verla comprando faldas, blusas, zapatos o automóviles, pero más recientemente su ?hit? es adquirir ropa de bebé para su querido Sean Preston.

Ashley Olsen, como arbolito de Navidad

Una de las pasiones de la gemela Olsen es adquirir accesorios como collares y pulseras, y no es malo... pero sería mejor si supiera combinarlos con mejores prendas que con estos shorts y sandalias.

Linday Lohan, ante todo la sensualidad

La protagonista de Juego de Gemelas se preocupa hasta por adquirir las más finas y sexies tangas. El día que las compró, iba acompañada por la también compradora compulsiva Tara Reid. Pero en otra de sus salidas, optó por las gafas comprándose las más ?in?.

Jessica Simpson, muy distiguida

La que no se anda por las ramas cuando de comprar se trata esa es la rubia intérprete Jessica Simpson. Una de sus tiendas favoritas en Hollywood es la Miu Miu.

Angelina Jolie, primero mamá

La próxima esposa de Brad Pitt se ha tomado tan a pecho el papel de madre, que no deja ni a sol ni a sombra a la pequeña Zahara Marley; incluso la lleva consigo cuando va en busca de algún bonito collar.

Paris y Nicole, inseparables

Sin lugar a dudas la reina del ?shopping? es la socialité Paris Hilton; se dice a cualquier lugar del mundo al que asiste hay dos sitios que no puede dejar de visitar: un antro y un centro comercial. La heredera de los hoteles Hilton jamás se pone un límite, incluso han asegurado que solamente en pestañas postizas, se gasta 600 dólares aproximadamente cada seis semanas para cambiarlas.

Hillary Duff, se da el gusto

Un poco menos pretenciosa en sus adquisiciones es la estrella juvenil Hillary Duff. Aquí fue captada in fraganti, pero eso sí, jamás soltó la bolsa.

Scarlett y Josh Hartnett, siempre juntos

La afamada Scarlett Johansson y su novio Josh Hartnett disfrutan al por mayor salir juntos a las diferentes tiendas. Al igual que sus colegas, ellos prefieren hacerlo vistiendo ropa cómoda.

Mary Kate, a la hippie

No solamente tienen en común que son iguales físicamente y que poseen una enorme fortuna, al igual que su hermana Ashley, uno de los hobbies de Mary Kate Olsen es subir a su automóvil y pasar una grandiosa tarde en el centro comercial.

Christina Aguilera, de la moda lo que te acomoda

La intérprete de Falsas Esperanzas también tiene la manía de ir en compra de ropa. Las blusas escotadas y las minifaldas son su especialidad, pero también es usual que adquiera zapatos y gafas.

Ashley Simpson, no se queda atrás

Cuando de ir de shopping se trata, la hermanita de Jessica Simpson prefiere hacerse acompañar por su mejor amiga. Al igual que su hermana gusta de visitar tiendas exclusivas.

Amanda Bynes, sofisticada y divertida

La actriz estadounidense necesita ayuda cuando va de compras, y es que son tantas las bolsas que carga que no se da abasto con sus dos manitas.

Mucho dinero, ¿poco afecto?

La psicóloga y abogada María del Socorro Chávez Chavarría, comentó que detrás de un comprador compulsivo hay una depresión o una carencia de algo, principalmente de atención y cariño, las cuales desean suplir con lo material.

?Cuando hay depresión, muchas veces la gente se escapa a comprar infinidad de cosas, generalmente que no necesitan, y posteriormente se vuelven compulsivos y se les forma el hábito. Como ellos quieren satisfacer de manera inmediata sus carencias afectivas, suplen lo realmente importante con artículos. La mayoría de las veces cuando están comprando se sienten felices, pero al llegar a sus casas vuelven a su estado anímico anterior?.

La psicóloga señaló que la satisfacción de comprar es superflua pues no alivia el fondo de las cosas; ?quizá esa gente que regularmente se va de compras tiene la necesidad no de adquirir algo, pero sí de platicar o de que la abracen... pertenecer a una sociedad más afectiva?.

La especialista señaló que generalmente son las mujeres las que se vuelven compradoras compulsivas ?en los hombres difícilmente se ve esto, ellos cuando tienen una carencia de algo lo manifiestan a través del alcohol, con otra relación amorosa o haciendo deporte?, dijo. Luego explicó que también la mercadotecnia promueve que las personas se vuelven compradoras compulsivas pues ir de compras significa glamour, imagen y distinción.

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