Nosotros Las palabras tienen la palabra VIBREMOS POSITIVO Eventos

A L E C O / A D I Ó S

Dr. Raúl Domínguez González

Lo que es la vida.

En ocasiones, dices, hasta mañana, hasta luego,

nos vemos, hasta pronto, pero cuando dices...

vengo a decirte adiós y no vacila,

esta pobre alma que te quiso tanto,

mi voz resonará firme y tranquila

y en el fondo glacial de mi pupila,

no encontrarás la turbación del llanto.

Voy a decirte adiós, palabra triste,

que hace temblar al corazón más fuerte,

pero tranquilo estoy; tú lo quisiste,

aquel amor inmenso ya no existe,

siendo tú la culpable de su muerte.

Víctima de mis hondas amarguras,

amé las almas de cariño llenas

y en medio de mis tristes desventuras,

busqué quién comprendiera mis ternuras

y quien pudiera consolar mis penas.

Y creí que eras tú, que te adoraba

y que mi ardiente amor te haría dichosa,

hoy veo a mi pesar que me engañabas,

que no eres la mujer que yo soñaba,

porque tú eres altiva y orgullosa.

Eres altiva y orgullosa,

pretendes sacrificar mi amor con tu albedrío

y sin piedad el corazón me hieres;

yo no busco el orgullo en las mujeres,

para orgullo me basta con el Mío.

Herirme sin piedad ése es tu anhelo

y en tu afán de amargarme la existencia,

me dices de otro amor que fue tu cielo

y que guardas aún como consuelo,

en el fondo sin luz de tu conciencia.

Y quieres que mi amor como aquél sea,

pretendes que lo tome como norma,

nunca tu esfuerzo conseguirlo creas,

pues tengo de mi pasión tan alta idea,

que no admito modelos en su forma.

Guarda pues ese amor que fue tu gloria,

guarda en el alma su cariño inmenso,

es la parte más bella de tu historia

y es muy justo quemar en tu memoria,

de su recuerdo el perfumado incienso.

A tus formas de amar no me acomodo,

indignas de seguirlas me parecen,

pues entiendo el cariño de tal modo,

que si me dan amor lo quiero todo

y no acepto la parte que me ofrecen.

Yo no te quería así, yo pretendía verte,

tierna y sincera, dulce y firme,

al darte con mi amor el alma mía

te lo juro por Dios yo no creía,

que tuvieras palabras para herirme.

Ni pensé que tus ojos, esas piras

que arden en tus pestañas en las sombras,

fueran fajos de engaños y mentiras,

¿si tienes otro amor, por qué me miras?

¿Si me olvidaste ya, por qué me nombras?

Además y perdona si rubores

te causó sólo con hablarte de ello,

no quiero que consignes mis amores,

a esa colección de adoradores,

que en un dije suspendes de tu cuello.

Voy a decirte adiós, sin un suspiro ni una queja,

vengo a darte mi eterna despedida,

soy el naufrago triste que se aleja,

de las playas ignotas donde deja,

sepultado el amor que fue su vida.

Olvídate de mí y si algún día,

reparas en el daño que me hiciste,

si en tu existencia desolada y triste

ves que te falta la ternura mía

y si tienes algún remordimiento,

por el dolor que me causó tu orgullo,

no pretendas calmar mi sufrimiento

y olvídate mujer de que fui tuyo.

D.P.

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