La palabra histerectomía deriva de las raíces griegas hystéra: matriz o útero; y ektomé: escisión o corte. Es, por lo tanto, un procedimiento quirúrgico donde el útero es extraído de la pelvis de la mujer, por causas que comprometen su salud o incluso su vida.
El útero es un órgano muscular, recubierto por una capa interna denominada endometrio, que responde a las hormonas secretadas por los ovarios.
Los datos estadísticos muestran que a los 60 años, a una de cada tres mujeres se le ha practicado histerectomía. Entre las entidades más frecuentes que se asocian con la realización de una histerectomía, se encuentran la aparición de fibromas o miomas (tumores benignos) en el interior del útero, cáncer de endometrio o del cuello del mismo (cérvix), endometriosis severa (aparición de tejido endometrial -capa interna del útero- en localizaciones diferentes al otero, como pared del útero, trompas y cérvix) que causa dolor o sangrado, y prolapso uterino (descenso o salida del otero por debilidad de los músculos que lo sostienen) que puede ocasionar incontinencia urinaria. Dichas causas de histerectomía, a excepción de los miomas, serán tratadas en próximos temas.
MIOMAS
Son tumores benignos que derivan del músculo que conforma la pared del otero. Aunque raros antes de la pubertad, se presentan con mayor frecuencia en mujeres alrededor de los 30 a 50 años; tienden a disminuir de tamaño en la menopausia, pues los estrógenos están implicados en su crecimiento. No existe ninguna relación entre el consumo de anticonceptivos orales y el desarrollo de miomas. Habitualmente son múltiples y de crecimiento lento, por lo que no desencadenan síntomas.
Sin embargo, cerca de diez a 20 por ciento de las mujeres pueden experimentar sangrado vaginal abundante durante la menstruación o entre una menstruación y la siguiente, que puede llevar a anemia, dolor abdominal bajo, infertilidad, molestias urinarias, abortos espontáneos o parto antes de tiempo. Los datos indican que constituyen la causa más frecuente de histerectomía, siendo responsables de 25 a 35 por ciento de los casos. Este procedimiento se realiza en la actualidad por laparoscopia: Cirugía de mínima invasión y recuperación inmediata.
TIPOS DE HISTERECTOMÍA LAPAROSCOPICA
Existen diferentes clases de histerectomía: total, parcial o radical. En la histerectomía total se extrae el útero completo, incluido el cuello uterino o cérvix; en la parcial o subtotal, este último se deja intacto; la radical, usada para el tratamiento de cáncer, se acompaña de la extirpación de otros componentes del aparato reproductor femenino como trompas y ovarios, además de ganglios linfáticos adyacentes. En este caso, se realiza una salpingooforectomía (de salpingo: trompas, ooforo: ovario y ectomía: extracción)
Cuando la operación involucra únicamente la extirpación del útero, la consecuencia lógica es la suspensión definitiva de la menstruación y la imposibilidad total de la mujer para quedar embarazada. No obstante, los ovarios continúan produciendo estrógenos, hormona fundamental, entre otras cosas, para el fortalecimiento del tejido óseo y la adecuada lubricación de la vagina. Los óvulos que siguen produciendo los ovarios y que no pueden ser ya fecundados, son absorbidos por el organismo sin perjuicio alguno para la mujer.
Entre tanto, cuando la cirugía incluye la extirpación de trompas y ovarios, se presenta lo que una menopausia quirúrgica, debido a que son extraídas las glándulas productoras de estrógenos. En consecuencia, la mujer experimenta una serie de síntomas tales como oleadas de calor y sequedad vaginal, al tiempo que se inicia un proceso de disminución de la densidad ósea, conocido como osteoporosis. En virtud de esto, posterior a la operación y a juicio del médico, la paciente puede iniciar una terapia de suplencia hormonal con estrógenos, orientado a mitigar las manifestaciones mencionadas.
