EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- Ni siquiera conocen sus nombres, pero algunos niños esperan un regalo de los Reyes Magos, otros están seguros de que no recibirán nada, pues dicen que Santoclós ya les trajo lo que pidieron en Navidad.
Alonso Montes Pedroza no sabe que los Reyes Magos son Melchor, Gaspar y Baltasar. Tampoco les escribió una carta, pero le gustaría que le trajeran una bicicleta. Dice que prefiere a Santoclós, ?porque él siempre me trae regalos, la verdad yo no creo en los Reyes Magos, ese día nada más me gusta comer la rosca y tomar chocolate?.
Ariana Zamora Rodríguez comenta que prefiere el seis de enero que el 25 de diciembre, porque los Reyes Magos siempre le traen regalos. Ella tampoco se sabe sus nombres, y en la carta que les escribe cada año sólo les pide que por favor le traigan un juguete, pero señala que será muy difícil que este viernes abra una caja porque en su casa ya no hay dinero.
Abraham Briones Mesta dice que sí cree en los Reyes Magos pero está seguro que este seis de enero no habrá regalos porque Santoclós ya se los dio en Navidad, ?me trajo ropa y dinero. En mi casa llevan rosca pero casi no me gusta, así que como muy poco?.
De acuerdo al Evangelio de San Mateo (Mt 2,1-12), se cuenta de unos Magos que vinieron de oriente buscando al nuevo Rey que habría de nacer, es decir, Jesús, Hijo de Dios. En las escrituras no se abunda mucho sobre su origen, su personalidad, sus rasgos, ni siquiera sus nombres o cuántos eran.
Se asume que eran sabios o astrónomos, llamados en aquella época Magos porque venían siguiendo una estrella que presagiaba la llegada del nuevo Rey. Como venían con regalos, la tradición los describe como reyes bondadosos con presentes para todos, asignándole un nombre y rasgos a cada uno.
Se supone que Melchor era un anciano con barbas blancas, su regalo para Jesús es oro, representando su naturaleza real. Gaspar era un joven moreno, su regalo es el incienso que representaba la naturaleza divina de Jesús, mientras que Baltasar era de raza negra, y su regalo fue la mirra que representaba su sufrimiento y muerte futura.