El Universal
AUTLÁN DE NAVARRO, JAL.- El guitarrista mexicano Carlos Santana no pudo contener el llanto.
Después de observar un colorido mural con motivos religiosos, prehispánicos y elementos de la portada de su disco Supernatural, preguntó: "¿Cómo va De colores?", y una docena de voluntarios entonó la canción popular.
"De colores se visten los campos en la primavera..." y se unieron para la foto del recuerdo con su benefactor. Santana dejó correr de manera discreta algunas lágrimas, que se quitó de inmediato de la cara.
Finalmente, después de cuatro años de haberlo prometido, Carlos regresó a su ciudad natal para inaugurar un centro comunitario, el cual ofrecerá servicios de salud a personas de escasos recursos, además de un centro cultural.
La clínica, ubicada a dos cuadras de la plaza que lleva el nombre del músico y se inauguró durante el homenaje que se le rindió en enero de 2001, aún no estaba terminada, pero la apertura se realizó con una ceremonia simbólica.
El músico mexicano hizo un recorrido por los tres mil metros cuadrados del terreno donado por el municipio jalisciense -donde hasta el momento la inversión bordea el millón de dólares-, saludó a los albañiles que se encontraban laborando, se detuvo y les hizo una reverencia repetida, les brindó un aplauso, y los trabajadores respondieron de la misma forma.
Santana develó el mural dentro de las instalaciones. Se le pidió posar solo con el mural, y se negó: "Yo solo no hago nada". Repartió autógrafos y se tomó fotografías con algunos de los invitados y subió a un pequeño minibús, del cual descendió 25 minutos después de las 18:00 horas del pasado viernes, cámara de video en mano, para registrar el momento.
Después de cortar el listón, las autoridades recordaron que el centro comunitario inició con la idea de un pequeño cuarto para un doctor que atendiera a personas de bajos recursos, cuyo crecimiento se debió a las aportaciones del ganador de ocho premios Grammy en el año 2001, quien afirmó que en su diccionario la palabra imposible no existe.
"(Este centro) lo hicieron muchas personas de puro corazón y pronto a cada uno de ustedes les crecerán alas, de compasión e inteligencia, así podremos cambiar este mundo", dijo el guitarrista, quien lució un gorro tejido de colores, una camisa estampada, saco y pantalones ligeros.
En sus palabras advirtió que el día que el poder del amor reemplace el amor al poder "ya no va a haber guerra, ni superricos ni superpobres. Cuando el amor se desparrame como un virus, dicen que es muy contagioso, lo que a mí me dio Dios a ustedes se los dé mil veces y más", concluyó.
Carlos Santana llegó a su natal Autlán el jueves por la noche. Fue homenajeado con una cena de antojitos mexicanos y asistió el viernes, de manera sorpresiva, al Cabildo. La noche del viernes, después de la inauguración, fue parte de una verbena popular en donde celebró, con gritos y puños cerrados al aire, algunos bailes folclóricos y la aparición de un mariachi, actividades que registró de principio a fin en su videocámara.
Cuestionado respecto a si continuaría realizando obras altruistas en México, lanzó una frase: "Será lo que Dios disponga" y puso así fin a su estancia en el centro que llevará el nombre de Tiopa Tnextli (Sendero de Luz, en náhuatl), al cual la mayoría de la gente de Autlán no tuvo acceso y debió conformarse con ver a su "hijo pródigo" y su obra desde lejos.
