El Universal-AEE
MÉXICO, DF.- El estreno de la obra Ciudad Blanca demostró que Armando Manzanero es el compositor mexicano más importante en la actualidad. Pero también evidenció que al teatro Pabellón de Alta Tecnología le faltó la tecnología. Finalmente, descubrió el crecimiento artístico de Mauricio y la capacidad vocal de la hermosa Lisset.
Manzanero lo había advertido: ?Compuse música difícil, nada parecido con lo que han escuchado en mis discos?. El primer número musical, Emigrantes, es una virtuosa composición con la estructura exacta comparable a cualquier obra musical en el mundo. Primero le da voz a don Alonso, el español que llega a Mérida; luego a don Benito, su compatriota y amigo entrañable que lleva varios años viviendo en México; en seguida aparecen los emeritenses en un coro llevado con precisión. El problema fue la tecnología del Pabellón de Alta Tecnología.
Don Alonso cantó el segundo número con energía ?Por mil rayos y centellas, por mil rayos y centellas ¿qué es lo que hago aquí??.
Pero el público no lo ubicaba en el escenario porque las luces iluminaban espacios vacíos y don Alonso había quedado en la oscuridad. Alguien dijo: ?Rayos y centellas deberían iluminarlo para saber dónde está?.
Para el tercer número, un vals que provocó el lucimiento de Lisset en su papel de Rosalba, hija de don Alonso, el teatro Pabellón de Alta Tecnología tenía un muelleo incesante entre las butacas. Una señora explotó de enojo: ?¡No veo más que puras cabezas!?.
Pero ni siquiera eran las cabezas de los actores, sino del espectador que estaba en la butaca de adelante, ya que entre fila y fila no hay altura suficiente, de modo que el público se tenía que hacer de un lado a otro para seguir la historia. Entre las múltiples fallas de sonido y luces y la poca visibilidad, el primer acto de Ciudad Blanca quedó incomprensible para una parte del público. No pudo entender, por ejemplo, la razón de que Rosalba (Lisset) y Pedro (Toño Muñiz) se enamoraran de sopetón. En realidad se habían conocido desde el primer número, cuando Rosalba llegó a Mérida, pero fue una escena que quedó en la oscuridad.
Los 15 minutos de intermedio bastaron para que mejorara la tecnología del pabellón. Además, la historia se centra en el amor imposible entre Rosalba y Pedro, que es maldecido por don Alonso por la diferencia del clases y razas.
Rodrigo, el novio español de Rosalba, llega a Mérida y se forma un triángulo amoroso que evita el final feliz y termina en tragedia.
Al final de la función, el público dedicó un esmerado aplauso. En la euforia, Lisset y Mauricio se dieron un beso en la boca.
Ambos fueron pareja hace años y ahora el destino los une en este proyecto.
Antes de despedirse, el elenco le cantó Las Mañanitas a Xavier López ?Chabelo?, productor ejecutivo, y le ofrecieron la función de estreno como regalo. ?Chabelo? agradeció el gesto pero dijo: ?No soy muy afecto a los regalos?.
