De ocho disparos a quemarropa, con un arma .9 milímetros, acribillaron a un sujeto originario de Tamazula, Durango; los hechos se suscitaron en la ciudad de Culiacán, Sinaloa, la noche del martes, cuando iba bajando de su vehículo.
Remedios Heredia León, de 41 años, originario de la comunidad Vasitos, perteneciente al Municipio de Tamazula, y que se había transportado a la ciudad de Culiacán para trabajar como taxista, fue ultimado de ocho balazos repartidos en la cabeza y tórax, a corta distancia.
Los hechos se suscitaron cuando Heredia León llegó al domicilio en donde vivía provisionalmente, ubicado en las calles Nakayama y Plan de Ayala, y al bajarse del vehículo del servicio público, se acercó un automóvil Nissan, tipo Tsuru, de color azul, en donde viajaban varios sujetos armados, según comentaron la autoridades sinaloenses, del que bajaron dos y se dirigieron hacia el hoy occiso para acribillarlo a quemarropa.
De inmediato los ejecutores se subieron al auto y se dieron a la fuga con rumbo desconocido, dejando a Heredia León agonizando a media calle.
Algunas personas que pasaron por ahí pensaron que el sujeto había sido atropellado por el taxi, por lo que llamaron a los paramédicos de la Cruz Roja, quienes al llegar sólo se cercioraron de que el deceso ya se había presentado, a causa de varias heridas producidas por proyectil disparado por arma de fuego.
En pocos minutos ya se había desplegado una importante cantidad de elementos de las diferentes corporaciones policiacas, para ver lo que había sucedido, mientras que personal de Servicios Periciales comenzó su trabajo en el lugar de los hechos, en donde encontraron ocho casquillos de calibre .9 milímetros, dando fe del asesinato la Agencia del Ministerio Público Especializada en Homicidios Dolosos, quien ordenó que el cuerpo se llevara al Servicio Médico Forense (Semefo) para la realización de la necropsia de ley.
Extraña forma de lesionarse
Con una herida de bala en la línea media de la pierna izquierda, ingresó al Hospital General Jorge Gallegos Simental, de 38 años, vecino del poblado Antonio Gaxiola, municipio de la capital duranguense, informó la Policía Ministerial del Estado.
La noche del martes, Jorge se encontraba a un costado de su domicilio limpiando un terreno de su propiedad y al juntar toda la basura decidió quemarla, mientras observaba de cerca el fuego, pero en un momento inesperado se escuchó un detonación y se sintió lesionado.
Al parecer, en la basura que Jorge incendió estaba una bala y al concentrarse el calor hizo explosión, introduciéndose el plomo en la pierna del mencionado.
