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Acrópolis/ Joyas turísticas de México

Salvador Flores Llamas

JOYAS TURÍSTICAS DE MÉXICO

En tanto el turismo se incrementa en el país y sobresalió como una de las fuentes principales de ingreso en divisas -con la inversión extranjera directa, las remesas de los emigrados, las exportaciones y el petróleo- en el DF decreció por falta de programas y promoción, según la Asamblea Legislativa capitalina, pese a los encantos y tantos lugares para visitar que tiene la Ciudad de México.

Cifras de la propia Secretaría de Turismo del DF revelan que bajó la inversión extranjera en este renglón, al pasar de 420 millones de dólares en 2000 a sólo 162 millones en 2004; tiempo en el que la ocupación hotelera menguó del 61.57 por ciento al 45.12 y las nuevas habitaciones construidas apenas aumentaron en 24.

Empero no todo es desalentador. Hubo más turistas extranjeros en el DF, pues de dos millones 98,581 pasaron a dos millones 811,3l0; un incremento de 712,729, y su gasto creció de 307 dólares diarios a 343 en el mismo lapso.

Michoacán, en cambio -como otros estados- vive un auge turístico, porque empiezan a promocionarse sus enormes atributos naturales, arquitectónicos, culturales, gastronómicos y humanos en beneficio de viajeros nacionales y foráneos y de la propia entidad, y Morelia se convirtió en la ciudad más visitada del país.

Cuna ideológica de la Independencia y de prohombres en todas las épocas de nuestra historia, el antiguo reino purépecha tiene, además de su hermosa capital, pueblos mágicos, lagos de ensueño, prodigiosos bosques, ríos y artesanías, leyendas y tradiciones y platillos de rechupete y un calor humano difícil de emular.

Que la UNESCO declarara Patrimonio Cultural de la Humanidad el Centro Histórico de la antigua Valladolid el 12 de diciembre de 1991, no se aquilató en toda su valía; pero el estupor de la población al ver desalojados a los vendedores ambulantes de plazas, jardines, portales y banquetas el cinco de junio de 2001, detonó la restauración de 15 plazas, 219 manzanas y mil 113 monumentos arquitectónicos, 206 de ellos catalogadas auténticas joyas, en 3.42 kilómetros cuadrados.

El incremento michoacano del turismo no es producto casual, sino de una estrategia y acción delineadas en el Programa Estatal, coordinado con el Federal y con el Consejo de Promoción Turística Nacional, la Comisión Nacional de Desarrollo de Pueblos Indígenas, el Conaculta y con la iniciativa privada local, que de 2001 a la fecha ha invertido cuatro mil 300 millones de pesos; lo que redondeó un avance del 400 por ciento en la promoción de esta industria.

Todo ello se reflejó en la presencia de 251,408 turistas el último fin de año, que en 4.2 dos días erogaron 520 pesos per cápita y en una ocupación hotelera récord, que ha crecido 15 por ciento durante el sexenio estatal.

Actividades planeadas y organizadas que influyen es este auge son los festivales internacionales anuales que celebra Morelia, como los de Música ?Miguel Bernal Jiménez?, de Órgano, Guitarra y Cine y los programas de Desarrollo de la Meseta Purépecha, la Mariposa Monarca y de los Pueblos Mágicos: Pátzcuaro, Tlalpujahua y Cuitzeo, ricos en vestigios arquitectónicos de la colonia y en tradiciones y leyendas.

En marcha están proyectos como el Ecoturístico de la Costa y el de la Ruta del Volcán Paricutín y la creciente actividad del Club de Calidad Tesoros de Michoacán, que agrupa a selectos prestadores de servicios y fue copiado por los estados de Morelos, Chiapas y Yucatán.

En fin, con una inversión oficial básica que pasó de 13.4 (0.38 por ciento del presupuesto del estado) a 69.6 millones de 2001 a 2004, el número de visitantes creció de 3.3 millones anuales a cinco (el de los extranjeros del tres al 30 por ciento) y dejaron una derrama económica de cuatro mil 364 millones de pesos en 2002 y de seis mil 423 en 2004.

Sin discusión la joya turística michoacana es Morelia, cuyos edificios de cantera rosa y su eje urbano, la avenida Madero (Calle Real) deslumbran al viajero, que admira restauradas las Plazas de los Mártires (de Armas) Melchor Ocampo, Valladolid (San Francisco) Vasco de Quiroga (Capuchinas) Villalongín, del Carmen y los portales que enmarcan el corazón del Centro Histórico, donde surge, majestuosa, la catedral barroca atractivo adicional y -diríase- de ensueño es el espectáculo de iluminación de la catedral (con un espectáculo sabatino de fuegos de colores y música) y los templos y el Acueducto, este último con lámparas al pie de sus 253 arcos barrocos a lo largo de 22 kilómetros, que subrayan por las noches el serpenteo del ?ciempiés aguador? con que Fray Antonio de San Miguel calmó la sed de la vieja Valladolid.

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