Todos sabemos que la frontera de México con Estados Unidos se ha vuelto la región más violenta e insegura del país en los últimos años.
El narcotráfico es señalado por autoridades y especialistas como la causa principal de este grave flagelo.
Pero muy pocos saben que el germen se ramifica peligrosamente y amenaza con extenderse al interior de México ante la incompetencia y nula acción de las autoridades.
Al menos ésta es la triste historia de Tijuana, una ciudad antaño apacible y progresista que hoy vive un estado de terror que día tras día contamina a todo Baja California.
En lo que va de 2006 unas 280 personas han sido asesinadas y más de 70 han sido secuestradas en una negra racha del crimen organizado que ahora apunta a la ejecución de policías, quién sabe si por estar coludidos o con fines intimidatorios.
En septiembre fueron asesinados cinco agentes policiacos en un total de 45 crímenes, entre ellos el subdirector de Policía en Tijuana, Arturo Rivas.
Meses atrás en Rosarito fueron encontrados tres policías decapitados, lo que cimbró a la sociedad bajacaliforniana que sufre la peor oleada de violencia en su historia.
El Gobierno de Vicente Fox abandonó hace tiempo su preocupación por Tijuana, en buena parte por los conflictos post electorales. A su vez el gobernador Eugenio Elorduy, vive en pugna constante con el alcalde Jorge Hank Rohn y optó por dejar la ?papa caliente? en manos de sus secretarios por demás incompetentes.
El polémico alcalde tijuanense tampoco pudo controlar la corrupción de sus policías y subalternos cuando en su campaña prometió que ?no le temblaría la mano? para aplicar la Ley.
Su primer director de Seguridad, traído desde el Estado de México, se fue derrotado de Tijuana luego de un año de pifias y corruptelas. Hoy está al frente de la Seguridad un abogado inexperto que día tras día critica a las policías estatal y federal en una clara invitación al crimen organizado para delinquir.
Cerca de 500 familias tijuanenses se han mudado a San Diego, Estados Unidos, en los últimos meses ante las amenazas de secuestros y extorsión al tiempo que los empresarios se rebelan con campañas abiertas para exigir una acción inmediata a los Gobiernos.
Se colocó una serie de carteles en Tijuana con leyendas que dicen ?Fox, Elorduy, Hank, póngase de acuerdo, basta de inseguridad?. Varias Cámaras privadas acordaron en días pasados no asistir a reuniones oficiales y alistan una marcha que a partir del sábado recorrerá el estado desde San Quintín hasta Mexicali para un total de 490 kilómetros.
Lo que más inquieta hoy en día en una ciudad tan compleja como Tijuana son los secuestros que afectan por igual a mujeres, estudiantes, comerciantes, profesionistas y empresarios.
Los rescates solicitados van desde un automóvil usado hasta cantidades en dólares que superan los seis dígitos, pero varios ciudadanos han sido asesinados a pesar que sus familiares pagaron puntualmente el rescate a sus captores.
En tan compleja problemática resulta deplorable la actitud siniestra de las autoridades. Hace un par semanas los distintos sectores de Baja California se reunieron en la Secretaría de Gobernación sin alcanzar acuerdos de peso entre las instancias de Gobierno.
El lunes el alcalde Hank Rohn, cruzó a California, Estados Unidos, para declarar que ?Tijuana es igual de segura que San Diego?, en tanto Elorduy mantiene el viejo cuento de que son más las cosas buenas que las malas en Tijuana, pero sin poner un alto al avanzado cáncer de la violencia.
Esto sucede hoy en día en Baja California, uno de los estados más ricos, dinámicos y educados de México.
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