La Ciudad de México será a partir del fin de semana sede de la asamblea anual de la Sociedad Interamericana de Prensa, lo que abre una enorme oportunidad para analizar lo que sucede en los medios de comunicación de nuestro país.
La SIP agrupa a más de mil publicaciones del Continente Americano y su misión principal es la defensa a la libertad de prensa, la cual dicho sea de paso, ha sufrido innumerables ataques, especialmente en América Latina.
La cumbre se realizará en la Ciudad de México, por fortuna ya sin los campamentos perredistas, pero en medio de una crisis post electoral que ofrecerá a esta reunión un clima y sabor muy especiales. Unos 300 directivos de diarios, semanarios y revistas reunidos durante cinco días darán mucho de qué hablar y desde luego ellos mismos se encargarán de difundir lo que pasa en nuestro país. En el pasado la gran mayoría de los ataques a la prensa provenía de los gobiernos autoritarios y de los políticos soberbios que no toleraban la crítica.
Hoy en día aparte de esos atentados que ocurren todos los días en países como Cuba, Haití, Venezuela, Brasil y México, tenemos una larga y compleja lista de nuevos enemigos de la libertad de expresión. El más temido hoy en día es el narcotráfico que no respeta fronteras, ideologías, niveles sociales, vaya, ni sexo, porque igual atenta contra las mujeres dedicadas al periodismo -que por cierto hoy hacen mayoría en casi todas las redacciones de México y el extranjero-.
Los ataques del narco permanecen casi siempre impunes, porque hoy en día ninguna autoridad tiene la voluntad ni los pantalones para enfrentarse a ese temible adversario de nuestra sociedad. Los ataques a periodistas en Nuevo Laredo, Tamaulipas, la desaparición de un reportero en el estado de Sonora, los crímenes perpetrados en el estado de Baja California, entre muchos más incidentes, habrán de discutirse en este foro al cual están invitados los dos presidentes mexicanos, es decir el constitucional y el electo.
Pero de muy poco valdrá el análisis de estos casos dolorosos para la prensa mexicana si no se toman acciones y compromisos sólidos y duraderos de quienes de veras pueden poner un freno a tanta impunidad. Nos referimos en primer lugar a las autoridades federales que no han podido con este paquete a lo largo del sexenio. Y en segundo lugar a los gobiernos estatales, en donde todos lo sabemos a la perfección, los periodistas son tratados de acuerdo al humor del gobernador en turno.
Ya lo vimos recientemente en Hermosillo, Sonora, en donde el gobernador Eduardo Bours, presentó una demanda penal en contra del diario El Imparcial, simplemente porque se cuestionó la posibilidad de que apoyos económicos para las ONGs estuvieran beneficiando a sus familiares. Por suerte Bours recapacitó al darse cuenta que su berrinche no conduciría a ninguna parte.
Otro aspecto que deberá tener relevancia en la reunión de la SIP es la promoción de las leyes para el libre acceso y transparencia de la información oficial.
En México, incluidos gobiernos federal y estatales, existen leyes y reglamentos que otorgan a los ciudadanos la garantía para el libre acceso a documentos, informes, contratos y a los archivos oficiales. Esto reza en el papel a través de elegantes ediciones impresas, pero a la hora de la hora las solicitudes para accesar información de ciudadanos y periodistas duermen el sueño de los justos/largos en los escritorios de la burocracia.
Mil veces se ha dicho que México no progresará si no cuenta con medios de comunicación que con libertad y profesionalismo realicen su labor.
Pero de nada sirve la crítica y la libertad de opinión si los ciudadanos no pueden saber a ciencia cierta lo que ocurre detrás de las cuentas y programas de los gobiernos. Recordará usted que a finales de régimen priista se vivieron tiempos de aguda crítica en los medios de comunicación, pero sin llegar muy lejos por la cerrazón de la información oficial. Hoy han cambiado los tiempos, se han abierto las puertas a la información, pero todavía está lejos de fluir con la prontitud y la veracidad que todos los mexicanos requieren.
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