EL SIGLO DE TORREÓN
MATAMOROS, COAH.- Es primero de noviembre, Día de los Angelitos y para María Teresa Cortés Núñez es una fecha para visitar en el panteón al que por más de 23 años fue uno en su vida. Debido a una discapacidad mental su hijo, dice, era como un niño atrapado en el cuerpo de un adulto.
En el panteón San Francisco se encuentra esta mujer que al igual que muchas otras familias acudió con su esposo para limpiar y ocupar a alguien que pinte los marcos y letras de la tumba de su hijo fallecido el 26 de septiembre del 2002. ?Era como un niño, hasta le dábamos de comer en la boca, para nosotros es importante venir porque sabemos que ahí están sus huesitos?, dice María, quien a cuatro años de la muerte del más inocente de sus hijos se le escapan algunas lágrimas.
Entre las tumbas, cada familia recuerda de manera distinta a los ausentes. Por los angostos caminos del panteón dos hombres de sombrero y polvorientas botas se aproximan entre la gente. Ambos ofrecen sus servicios, de rato se les escucha entonando melodías como Te Vas Ángel Mío y Dos Coronas a Mi Madre.
Llevar música a los muertos... curioso pero lo piden, reconoce Reinaldo Hernández López, quien junto con Raymundo Arguijo Cancino se acompaña de una tarola y un acordeón ?cuando también de dolor se canta?, sin embargo de vez en cuando el sentimiento de quienes las solicitan logra que sus ojos se humedezcan. ?Y es que de ver dan ganas?, dice Reinaldo.
No obstante no todos los muertos tienen la misma suerte, en el panteón muchas tumbas se encuentran abandonadas, otras tantas llenas de basura y algunas prácticamente han desaparecido por el deterioro que ocasiona el paso de los años.
Para Benito Rodríguez Chihuahua es importante que no se pierda esta tradición, pues es una manera de recordar a quienes compartieron algo de su existencia con nosotros. ?Hay que hacer un esfuerzo porque hay muchas personas que ya no se acuerdan, yo siempre me llevé bien con mi cuñado y aquí estoy arreglando la tumba, si no lo hace uno quién?, cuestiona Benito mientras sostiene un pincel empapado en pintura para retocar nombre, fecha de nacimiento y defunción de su pariente.
Aunque varias personas acudieron este día, otros tantos terminarán hoy lo empezado, tal es el caso de Alejandra Delgado Murillo, quien cada año limpia y arregla cinco tumbas de este panteón y dos más que se ubican en el ejido Gilita. Hasta hoy las revestirá de flores multicolores.
En detalle
La mayoría de los entrevistados se quejaron porque:
*Hay muchos montones de basura y hierba en el panteón.
*No hay seguridad.
*Dicen que en las rumbas viejas algunos de los trabajadores del panteón han llegado a sacar los restos para darle otro uso a dicho espacio aprovechándose de que nadie lo reclama.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón