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Addenda| Lo que viene

Germán Froto y Madariaga

La pregunta obligada en la mayoría de las reuniones con los amigos es: En el conflicto post electoral, ¿qué viene después de lo que estamos viviendo?

Incertidumbre, curiosidad o miedo son la causa de que nos formulemos esa interrogante y si bien es cierto que, como decía Wiston Churchill, nos pasamos la mitad de la vida preocupados por cosas que nunca sucedieron, también lo es que resulta comprensible el que esos sentimientos se apoderen del ciudadano común, dada la forma en que se está comportando Andrés Manuel López Obrador y sus seguidores.

Y es que las justificaciones de lo que están haciendo rayan en lo absurdo. Cómo es posible que el vocero del PRD, Gerardo Fernández Noroña, afirme que el plantón frente a la Bolsa de Valores fue un mero ?divertimento?. ¿Les parece divertido a los dirigentes del PRD afectar a empleados y operadores de esa institución? Con semejante lógica les parecerá igualmente cosa de nada que los establecimientos del área que tienen obstruida estén perdiendo diariamente 250 millones de pesos.

También les debe causar hilaridad que cientos de trabajadores estén a punto de perder sus empleos o que otros tantos no puedan trabajar y estén a punto de quebrar porque están impidiendo la circulación por arterias tan importantes como el Paseo de la Reforma.

Si así piensan los perredistas que piensan, qué pensarán los que suponemos que les cuesta trabajo pensar.

Otra muestra de la forma en que conspicuos representantes del PRD visualizan este problema es lo dicho por Pablo Gómez en la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, ante el llamado que aprobó la mayoría de ese órgano legislativo en días pasados. El diputado dijo textualmente: ?Llamar a un acto de represión contra el plantón es generar violencia, si se llama a la violencia, a utilizar la fuerza pública, sería una acción violenta que generaría respuestas violentas. Sangre llama sangre y es lo que tratamos de evitar?.

Falsamente dice que es lo que ellos tratan de evitar, porque utilizar la fuerza pública en forma correcta para corregir violaciones a la Ley y daños a terceros no implica necesariamente una respuesta violenta.

Pero lo que ellos quisieran es el pretexto para un enfrentamiento violento. Los que están llamando a la violencia son ellos que son los que han provocado los trastornos e irritado a buena parte de la población, no sólo del DF sino también de toda la República.

La autoridad tiene la facultad de hacer uso de la fuerza pública cuando se altera el orden, se comete un delito o se daña a terceras personas. Todo es cuestión de hacerlo en términos de Ley, sin excesos ni abusos. Para eso se le otorga la facultad mencionada.

Pero, ¿qué es lo que está por venir? Resulta evidente que López Obrador no va a quedar conforme con la resolución que emita el Tribunal Electoral si ésta no contiene una determinación a su gusto.

Ya lo dijo Porfirio Muñoz Ledo en un programa de televisión: ?El Tribunal tiene sólo dos caminos: O abre todos los paquetes electorales y determina que ganó Andrés Manuel o anula la elección?.

La confrontación con los grupos que apoyan irrestrictamente a López Obrador tendrá que darse. Pero la oportunidad en este tipo de acciones es determinante para que las cosas salgan bien.

Si la decisión del Tribunal no es del agrado de los perredistas, el movimiento de protesta tenderá a radicalizarse y expandirse a los estados.

La toma de instalaciones federales será uno de sus objetivos y eso obligará a la autoridad federal a intervenir. De igual manera los gobernadores tendrán que actuar en la esfera que les compete.

Es entonces cuando resultará no sólo explicable sino también justificable el que la autoridad haga uso de la fuerza pública para romper los bloqueos y procesar a los instigadores que hayan incurrido en delitos.

Tendrá, si se llega a ese caso, que ser una operación limpia y ajustada a derecho. Si es necesario haciendo uso de las fuerzas militares para asegurar la efectividad.

Una operación coordinada en la que intervengan distintos cuerpos de seguridad. Sin armas para evitar la posibilidad de un enfrentamiento de impredecibles consecuencias. Pero enérgico y efectivo. Sin abusos, pero sin actitudes timoratas.

La autoridad está para eso y por encima de los intereses de unos cuantos debe prevalecer el interés y la seguridad de la ciudadanía.

Ni la Ciudad de México ni ninguna otra de la República debe ser rehén de un puñado de personas que encuentra divertido afectar la economía y la vida de terceros.

Con esas acciones Andrés Manuel está perdiendo en cuestión de días el apoyo no sólo de miles de simpatizantes, sino hasta de un buen número de intelectuales quienes lo respaldaron antaño.

Si el conflicto se recrudece, la decisión de poner orden, en el momento oportuno, le correspondería al presidente Vicente Fox. Y no hay seguridad que esté en capacidad de hacerlo.

Addenda II

Hoy (viernes) comí con un entrañable grupo de amigos en la que fuera la casa de mi abuela Chonita, en Viesca. Mi estimado amigo Bernardo (hoy propietario de esa vieja casona) hizo un espléndido y plausible trabajo de restauración. Los recuerdos acudían en tropel y no pude evadirme a la nostalgia. Pero a mi abuela le hubiera gustado ver su casa con su antiguo señorío.

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