En el “Leviatán”, Thomas Hobbes sostiene que el hombre, como todas las cosas, tiene un precio.
Ese precio no necesariamente tiene que ser en dinero. Pero ya se sabe que el dinero es el bien fungible por naturaleza y la mejor forma de compensar o resarcir cualquier tipo de daño.
Cierto es también que en la política como en la guerra, las batallas se ganan con dinero y más dinero.
No obstante lo anterior, resulta ofensivo y hasta grotesco cuando uno ve con toda su horrorosa magnitud el poder del dinero y las bajezas de “la política”. Y entrecomillo la palabra, porque me niego a aceptar que actos como los sucedidos en el seno del Partido Alternativa Social Demócrata y Campesina puedan ser catalogados como parte de ella.
La nota fue cabeceada así: “Fractura Dr. Simi a partido Alternativa”. Pero bien podían haber dicho: “Compra Dr. Simi el partido Alternativa”.
Nadie, como no sea con un billete de por medio, se atrevería a afirmar que la triste figura del Dr. Simi, menos conocido como Víctor González Torres, convenció a un sector importante de PASC y decidieron cambiar a Patricia Mercado por González Torres.
Esta afirmación no significa que Patricia sea substancialmente mejor que Víctor, pero cuando menos ella tiene una presencia agradable y se le entiende lo que dice y el otro (dicho sea sin mayor ánimo, porque ni lo conozco) no pasa de ser, como decía mi madre, un viejo carcamán, al que no se le entiende una palabra de lo que dice.
¡Ah!, pero la gran diferencia es que González trae la billetera bien gorda y en su afán por conseguir un partido que lo patrocine acabó decidiéndose por comprar uno.
El hecho en sí es criticable; sin embargo, lo es aún más el que tal pueda suceder en una democracia como la nuestra habida de credibilidad y en la que los electores buscan afanosamente la ponderación de las ideas por encima del dinero.
Como dijo mi amigo Juan Francisco Ceballos, del grupo Radio Estéreo Mayrán, los partidos pequeños deberían desaparecer, pues representan un alto costo para la ciudadanía y poco aportan a la democracia.
Es cierto que en un sistema democrático, todas las corrientes de opinión deben estar representadas a fin de que el electorado tenga la posibilidad de decidir de entre una amplia gama de tendencias y ofertas políticas.
Pero también lo es que esa oferta tiene que ser seria y al menor costo posible.
Lamentablemente en nuestro país la democracia se ha vuelto muy costosa (dígalo si no el asunto del voto en el extranjero) y algo estamos obligados a hacer para evitar que grupos a los que sólo les interesa disponer de los recursos públicos que se otorgan a los partidos tengan acceso a ellos y los usen en su propio beneficio sin contar realmente con un respaldo popular.
Otro tanto se pude decir de quienes ven en la política un campo de juego en el que pueden competir tan sólo porque tienen dinero y están en busca del poder político, sea para sentirse importantes, sea para hacer negocios e incrementar su fortuna al través del tráfico de influencia.
Para ninguno de esos dos fines debe ser utilizada la política.
A los cargos públicos deben acceder quienes cuenten con el respaldo mayoritario del pueblo en razón de sus ideas y propuestas, y su disposición para solucionar los problemas sociales, independientemente de sus haberes personales.
Debemos añadir que en el necesario saneamiento de este ambiente enrarecido juegan un papel importante los medios de comunicación y en la medida en que encarezcan el acceso a ellos de los que participan en política, en esa misma medida estarán contribuyendo a que sea el dinero el que prevalezca sobre las ideas y que la democracia no llegue a consolidarse.
Los medios de comunicación juegan un papel determinante en todo sistema democrático, a tal grado que se asevera que sin una libertad de expresión que sea respetada irrestrictamente no puede hablarse de que existe democracia en un determinado país.
Esto es cierto. Pero también lo es, que sin medios responsables y profesionales lo único que se prohíja es la corrupción y el contubernio que tanto daño han hecho al país.
Por lo demás, algo tendrá que hacer el IFE para evitar que casos como el del Partido Alternativa se presenten; porque no puede dejar sin sanción ese tipo de conductas.
Algo debe hacerse, no obstante que sepamos que: “Poderoso caballero es don dinero”.