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Addenda/Prudencia y resultados

Germán Froto y Madariaga

Hemos sostenido que quien actúa en política, debe ser prudente.

De igual manera, la política es un arte de resultados. Lo demás son hechos o actos para el anecdotario político, pero nada más. Lo que verdaderamente importa son los resultados.

En ese sentido me llama la atención las voces que acusan al presidente Vicente Fox de haber reculado ante la posibilidad o amenaza de enfrentamientos el día de hoy (viernes) en la ceremonia del Grito de Independencia. Para ellos el presidente debió mantenerse en su postura, no obstante el llamado del Senado el cual fue formulado por unanimidad.

Visto está que un número significativo de los que siguen a López Obrador se mueven en la ilegalidad como peces en el agua y por tanto apuestan al caos y el desorden para poder sacar su ganancia.

Son, como los antiguos piratas con patente de corso: Su ganancia es lo que puedan lograr para sí en la revuelta.

Por eso, es bueno que el presidente ponga tierra de por medio y se vaya a Dolores a dar el Grito, que es también un lugar apropiado para ello.

¿Qué es una acción concertada? Eso es obvio, desde el momento en que todas las fracciones del Senado le pidieron que lo hiciera. Pero no por ello es mala. Al contrario.

Actuar con prudencia en política no es muy común. Hacer lo contrario es lo frecuente. Tiempo para meditar lo que se va a hacer y tacto para realizarlo es lo que exige ese arte.

Los fracasos vienen por actuar atropelladamente y sin mayor reflexión. Los que no saben de política actúan con el estómago, ni siquiera con el corazón, que no es mal consejero; y no suelen pasar las acciones a realizar por el tamiz de la razón.

Es más, para vivir mejor en sociedad todos deberíamos recibir clases de prudencia en la escuela.

El otro factor es indiscutible: La política es un asunto de resultados. Si se logra el resultado querido, se puede decir que se ha triunfado.

¿Cuál era el objetivo pretendido para el día del Grito? Llevar al cabo esa ceremonia cívica y que no hubiera enfrentamientos.

El propósito se ha logrado en forma digna y sin consecuencias qué lamentar.

Se puede decir lo mismo del hecho de que el presidente haya ido al Congreso a entregar su Informe y se retirara.

El propósito se cumplió sin enfrentamientos graves que sólo hubieran servido para demostrarle a unos cuantos que son “muy machos”. Recordemos a este respecto lo que reza un viejo dicho: “De valientes y tragones están llenos los panteones”.

No es con bravuconerías como se hace política. Para ejemplo ahí está Hugo Chávez, a quien sus asesores no le han dicho que de acuerdo con la doctrina Estrada, si después de una elección un Gobierno mantienen a su embajador y cónsules en el país en que se produjo el cambio ese solo hecho significa que se desea continuar con las relaciones diplomáticas habituales y que se reconoce al nuevo Gobierno como legítimo; y hasta donde se sabe Venezuela no ha retirado a sus representantes.

En política los objetivos deben ser muy claros, porque cada uno de ellos son piedras o peldaños con los que se construye un andamiaje social o se llega a un determinado punto.

Actuar de bote-pronto o sin un rumbo definido es hacerlo atontas y a locas.

La política es acción, pero previa reflexión. Es pasión gobernada por la razón. Es sensibilidad que nace del corazón y busca hacer el bien.

Con el paso de los años lo que prevalece son los hechos, los resultados obtenidos.

Lo demás, es simplemente como decimos parte del anecdotario político.

Que si fue el primer presidente que no leyó su Informe en el Congreso o el que tuvo que irse a Dolores para dar el Grito en paz. Sí, sí, eso y mucho más. Todo cuanto se quiera para aquellos a quienes nos gustan las anécdotas políticas. Pero no se dirá que fue el presidente por cuya imprudencia se armó una refriega en el Congreso o el culpable de que se murieran varias personas en el Zócalo.

No hay que confundir prudencia con debilidad. Cuando es necesario se tiene que actuar con firmeza. Pero no siempre ni en cualquier circunstancia.

Somos muy dados a criticar a nuestros políticos por no actuar aplicando valores y cuando lo hacen también los criticamos. ¡Qué incongruentes!

Busquemos los caminos que conducen a la paz y la concordia. Pidamos a nuestros políticos que actúen con prudencia y den resultados positivos. Y como dice el Evangelio: Todo lo demás se nos dará por añadidura.

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