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México, DF.- El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) advierte que una desaceleración económica o la baja abrupta de los precios del petróleo evidenciarían la mala recaudación de impuestos en muchos estados del país.
En su análisis semanal, el organismo del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) expone que el promedio nacional de la tasa de recaudación de ingresos propios de las entidades respecto al Producto Interno Bruto (PIB) por persona fue de sólo 0.86 por ciento en 2004.
En función de lo anterior, el esfuerzo de los estados es inadecuado en un país donde la recaudación anual promedio por persona a nivel local es menor a uno por ciento del ingreso per cápita, apunta el CEESP.
Detalla que los estados con un mayor esfuerzo en la materia después del Distrito Federal, que concentra la mayor actividad económica, son Chihuahua, Chiapas, Baja California y Nayarit; en cambio, los que menos recaudan son Colima, Querétaro, Baja California Sur, Morelos y Aguascalientes.
El análisis del CEESP reitera que una desaceleración económica o una disminución en el precio del petróleo harían más evidente la falta de alineación del gasto y las fuentes de ingreso a nivel estatal.
Dice que fortalecer las fuentes de ingresos locales no es un fin en sí mismo sino una necesidad para reducir la dependencia federal e incrementar la inversión productiva, reforzar el equilibrio de las finanzas estatales y elevar la eficiencia del gasto social. Explica que debido a los altos precios del petróleo no ha sido notorio el desequilibrio, pero insiste en que los estados deben esforzarse más para mejorar su recaudación fiscal.
Considera que un aspecto fundamental de la política fiscal en las entidades es el establecimientos de medidas de prevención de crisis. Los gobiernos federales en muchos países han comenzado a incluir cláusulas de disciplina fiscal en su legislación, práctica que debe ser emulada a nivel estatal y municipal.
Una política fiscal más efectiva prescribiría el ahorro de recursos en tiempos de crecimiento con el fin de contar con éstos en períodos de recesión, así como permitir el endeudamiento sólo para financiar inversión.
Esta política fiscal contracíclica debe ser prescrita porque la dependencia de los estados a las transferencias federales provoca mucha resistencia a aplicarla, pues se percibe que se podría ayudar a los siguientes gobiernos a costa del vigente.
También es necesario mejorar la eficiencia en la recaudación de recursos propios por parte de las autoridades locales para reducir la dependencia de las transferencias federales y atender necesidades de inversión pública, pero sobre todo una mayor expansión de los servicios sociales.
Las autoridades estatales tienen la obligación de enfrentar los retos fiscales presentes y futuros con soluciones prácticas y viables, señala el CEESP y advierte los riesgos de no hacerlo.
Entre estos menciona la penalización por parte de los mercados de capitales, que anticipan las consecuencias de desbalances fiscales insostenibles a través de mayores tasas de interés o de la anulación de créditos, y que se imponga un costo fiscal desproporcionado a las generaciones futuras.