Tres de los cuatro
comisionados que fueron nombrados por el presidente Fox para integrar el órgano de gobierno de la Cofetel
fueron rechazados, sin mayor explicación, por la Comisión Permanente. Y mientras, la lista de pendientes en el
sector crece.
Las recientes reformas a la legislación de medios y telecomunicaciones prevén que la designación de los cinco comisionados que conformarán el Pleno de la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) ha de pasar por el tamiz del Senado o, en su receso, de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión. Esto último fue lo que ocurrió.
En efecto. El presidente Vicente Fox nombró a sus cinco comisionados pero uno de ellos declinó antes de ser objeto de análisis por parte de la Comisión Permanente. El descuido de las formas indica que no se le consultó a tiempo y que, además, su posición como posible comisionado de siete años de duración en el cargo le impedía ocupar la presidencia de la Cofetel.
Pero el principal descuido en las formas ocurre cuando los comisionados Julio di Bella, Gonzalo Martínez Pous, Rafael del Villar y José Luis Peralta son nombrados como comisionados de la naciente Cofetel aunque sujetos a que la Comisión Permanente del Congreso no los vetara. Dado el resultado, todo parece indicar que no hubo cabildeo previo con los legisladores ni con los partidos políticos. Dejaron a su suerte a los aspirantes y cada uno de ellos tuvo que moverse por su lado.
El plazo para los nombramientos, a cargo del Ejecutivo Federal, era de 30 días naturales. Y el presidente Fox cumplió con enviar los nombres de los ungidos el pasado nueve de mayo. La Comisión presidente de la República y dentro de dicho término, conoció de los nombramientos del Ejecutivo.
En medio de todo esto -vale la pena recordar- 47 senadores ejercieron una acción de inconstitucionalidad ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación por considerar que diversos preceptos de la reforma legislativa son contrarios a la Constitución. Uno de los argumentos esgrimidos descansa, precisamente, en que ni el Senado de la República ni la Comisión Permanente tienen facultades para intervenir en el nombramiento de funcionarios federales distintos a los que prevé el artículo 76, fracción II, de la propia Constitución.
Y si bien es cierto que su argumento tiene un punto de razón también lo es -como lo he dicho- que las reformas legislativas recientes que guardan similitud con la nuestra de telecomunicaciones, como lo son la relativa a la transparencia en la información pública y la correspondiente a la competencia económica, contienen la misma fórmula para la designación de los comisionados de sus respectivos órganos reguladores.
Es decir, estamos frente a otro descuido de las formas el aprobar reformas que luego serán impugnadas por los propios legisladores.
Pues resulta que el pleno de la Comisión Permanente decidió, como ya es sabido, objetar tres de los cuatro nombramientos que fueron puestos a su consideración.
El único que pasó la aduana fue José Luis Peralta, cosa que nos enorgullece a quienes formamos parte del sector por tratarse de un ingeniero con suficientes credenciales, respetabilidad y calidad moral para ocupar el cargo de comisionado. Enhorabuena.
Pero lo que no se entiende es el dictamen de la Tercera Comisión de Trabajo de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, misma que en sus “consideraciones” señala que “se procedió a analizar los documentos relativos a los currícula de los ciudadanos designados por el presidente de la República y se pudo constatar que los ciudadanos Rafael del Villar Alrich, Gonzalo Martínez Pous y Julio Di-Bella Roldán cumplen formalmente con los requisitos establecidos en el Artículo nueve C de la Ley de la Materia, en cuanto a que todos ellos son ciudadanos por nacimiento; tienen entre 35 y 75 años de edad y se han destacado en actividades profesionales de servicios público o académicas, relacionados sustancialmente con el sector telecomunicaciones.
“Adicionalmente, la Comisión Dictaminadora acordó invitar a los ciudadanos mencionados a una entrevista para que los integrantes de este conocieran personalmente las capacidades, calificaciones e ideas de los propuestos (sic) a ocupar la Comisión Federal de Telecomunicaciones.
“El resultado de dicho análisis y entrevistas personales, es que la Comisión de Trabajo acordó formular objeción a los nombramientos de Rafael del Villa, Gonzalo Martínez Pous y Julio Di-Bella”.
En pocas palabras y nuevamente, sin cuidar las formas, habiendo cumplido con los requisitos de Ley y sin explicación alguna en el dictamen de la comisión de análisis correspondiente ni, mucho menos, en la discusión y votación en el debate del Pleno de la Comisión Permanente, fueron objetados los nombramientos (que no propuestas como señaló la Comisión Dictaminadora) de Rafael Del Villar, Gonzalo Martínez Pous y Julio Di-Bella.
Ahora, el Ejecutivo Federal no tiene un plazo para realizar los nuevos nombramientos y mandarlos al Congreso. Su vocero dijo que están preparados para dos o tres rondas más.
Y si, como parece, el PAN apoyará mayoritariamente las decisiones del presidente Fox y el PRD rechazará cualquier nombramiento por considerar que el proceso está viciado de origen, lo cierto es que el PRI será el fiel de la balanza y tendrá la última palabra.
Al menos en la presente legislatura.
Posdata
Andrés Manuel López Obrador advirtió que cumpliría, pero no de manera ortodoxa, con los compromisos del país frente a organismos financieros internacionales. También sugirió cambios en la política monetaria y cambiara de Banco de México, y propuso utilizar las reservas internacionales para reactivar el mercado interno. Valientes señales.