Por temor a ser reubicados de los terrenos que en forma irregular ocupan, decenas de familias prefieren enfrentar problemas como inundaciones, insalubridad, daños en sus muebles y ropa cada vez que cae la mínima llovizna y hasta las enfermedades que por diferentes motivos acechan a sus hijos.
Lo anterior ocurre en la mayor parte de las colonias de escasos recursos a la orilla de la ciudad, en donde se ubica el sector más desprotegido y donde las viviendas son precarias instalaciones construidas a base de madera y cartón, con techos de hule y pisos de tierra.
No hay pavimento, menos banquetas y las instalaciones eléctricas son improvisadas conexiones que los mismos colonos han realizado a base de ?diablitos?. Para dotarse de agua, hay tomas comunes o en su defecto van ?pipas? a surtirles regularmente.
Pero el mayor problema lo enfrentan los habitantes de estos cinturones de miseria en época de lluvias, cuando se ven obligados a no dormir porque se mojan todos los muebles, además de que el agua se mete a sus cuartos y les impide conciliar el sueño.
Son decenas de colonias precaristas las que se encuentran en estas condiciones en Durango capital, sin embargo se puede tomar como ejemplo de los graves problemas que todas enfrentan, solamente a dos, Potreros de la Laguna y Manuelito Carrillo.
Son evidentes las carencias, el riesgo que corren los habitantes de esos dos asentamientos humanos y todo derivado de las lluvias, la falta de planeación, ausencia de servicios de drenaje, agua potable, pavimentación y banquetas; sin embargo, nadie dice nada.
Aquí no pasa nada, aseguran, no tenemos problemas, reiteran; por una parte para ellos todo es normal, pero hay otras personas que más abiertamente comentan que es mejor no quejarse con las autoridades porque de inmediato los amagan con reubicarlos nadie quiere dejar el sitio en donde se encuentran viviendo, aunque están conscientes de que el terreno no es de su propiedad, ya que a instancias de varios líderes sociales se fueron invadiendo en diferentes fechas y ahora ya consideran esos predios como parte de su patrimonio.
Si nos quieren ayudar, mejor que nos regularicen, claman vecinos que fueron entrevistados en torno a los estragos que causaron las últimas lluvias en sus viviendas; sólo eso piden, pero no se quejan por falta de servicios, no vaya a ser que los saquen de su colonia.