El infortunio ahogó a Paraguay en su estreno mundialista, que fue a
contracorriente por culpa de un gol en propia puerta y sucumbió frente a Inglaterra, que apenas justificó el ruido estelar que alumbra a sus jugadores.
El conjunto guaraní, recuperó a su principal puntal, el atacante Roque Santa Cruz, pero careció de peligro a la ofensiva y eso le llevó a la derrota en el principio de su andadura por Alemania 2006.
Nunca pensó Paraguay que su irrupción en el Mundial iba a contemplar tantos aspectos en contra. Ni Inglaterra un panorama tan despejado en un ambiente propicio: clamoroso apoyo popular y ambiente inglés.
El inicio fue cruel con el combinado guaraní, plagado de infortunio desde el arranque. En pleno acomodo, una falta en contra rechazada por Carlos Gamarra en un intento de despeje, se adentró en su propia portería y puso el marcador parcial 1 a 0. Una acción inocente, un centro servido por David Beckham a treinta metros del marco extraordinariamente rentable para Inglaterra y maldito para los paraguayos, con sólo tres minutos del envite en juego.
El gol en propia meta a los tres minutos del capitán de la selección de Paraguay Carlos Gamarra ante Inglaterra es el más rápido en la historia de las fases finales del Mundial.
La acción sumió al combinado guaraní en una situación de caos. A renglón seguido, un mal salto dejó al meta Justo Villar tendido en el suelo. No se pudo reponer de la caída el arquero del New Old Boys que, entre llantos, dejó su puesto a Aldo Bobadilla.
El árbitro mexicano Marco Antonio Rodríguez no tuvo una de sus mejores actuaciones pero logró controlar el partido durante el primer tiempo. Sin embargo en el tiempo complementario detuvo constantemente el juego y ello provocó que los aficionados, en su mayoría ingleses, abuchearan al silbante por sus decisiones.