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Alemania invade México/Actitudes

José Santiago Healy

La copa mundial de futbol ya está aquí.

A partir del viernes y durante un mes tanto en los medios electrónicos como en las sobremesas no habrá más tema que el deporte de las patadas.

El soccer es hoy en día el deporte más universal. Se juega prácticamente en todo el mundo, la FIFA tiene actualmente 207 países afiliados, un número mayor que las Naciones Unidas.

Se estima que el Mundial será visto en 213 países con más de 40 mil horas de transmisión por televisión. Los ingresos totales para la FIFA ascenderán a 1,500 millones de dólares.

La taquilla de todos los partidos del Mundial está agotada. En esta ocasión se utilizó un sistema vía Internet para impedir la reventa, pero obviamente no funcionó como se esperaba.

Los boletos de 30, 60 y 120 euros andan hoy en día entre los 600 y 1,200 euros, pero mientras se acerca la inauguración aumenta la especulación.

En México la difusión será inusitada. Las cadenas de televisión y también las de radio amenazan con transmitir los 64 partidos del torneo.

En ningún otro país del mundo, salvo la nación sede, se brinda tanta importancia al Mundial como en México. Las televisoras gastan millones y millones de pesos para ganar los ratings pero también obtienen los mayores ingresos del año en anuncios y patrocinios.

Para los mexicanos el desempeño del equipo tricolor será una vez más cuestión de orgullo por no decir que de honra. Ya lo vimos en 2002 cuando los mexicanos sufrimos en grande la eliminación porque el verdugo fue Estados Unidos, país que diez años atrás no ofrecía ningún peligro para México.

Sin embargo, hay dos mitos que merecen ser desterrados. El primero es creer que la Selección llegará a semifinales e incluso a la gran final.

Ante la euforia del momento hay que dejar claro que la Selección Nacional cumplirá sobradamente su misión si llega a los octavos de final.

México ha llegado a cuartos de final sólo en dos ocasiones y ocurrió en los mundiales de 1970 y 1986, celebrados en suelo mexicano. En el primero cayó ante Italia 4 a 1 y en el segundo Alemania lo eliminó en un duelo de penalties.

Con todo y sus estrellas internacionales como Jared Borgetti y Rafael Márquez, la calidad de juego del equipo azteca está por debajo de los grandes conjuntos.

Ya vimos cómo perdió ante Francia y Holanda en los juegos de preparación. En contraste Brasil ganó sin despeinarse por 4 a 0 a Nueva Zelanda.

El conjunto mexicano enfrenta además una crisis interna. Ricardo La Volpe ha logrado avances técnicos, pero no ha alcanzado la integración del equipo azteca.

Para colmo se sube al ring constantemente para responder críticas que un director técnico debería ignorar olímpicamente. A nadie importa ya si Jorge Vergara o Hugo Sánchez le tupen a La Volpe, pero preocupa que el argentino salga de su concentración para contestarles como si fuera un chisme de vecindad.

El segundo mito es que las elecciones del dos de julio dependerán del desempeño del conjunto tricolor. Por lo mismo una tragedia deportiva será un descalabro para el Gobierno de Fox y en consecuencia para el candidato del PAN, Felipe Calderón. En este caso el beneficiado sería el perredista Andrés Manuel López Obrador.

En cambio una exitosa actuación de México arrojaría un triunfo para el partido en el poder.

Obviamente no hay evidencias para avalar lo anterior. Los mexicanos no son tan ingenuos como para fincar su voto en los cabezazos de Borgetti o en las pifias de Osvaldo Sánchez.

Por ello más vale disfrutar en lo posible la gran copa de Alemania y por separado decidir nuestro voto con inteligencia y objetividad. Al final de cuentas el mundial durará sólo un mes y el siguiente presidente estará para bien o para mal seis años en el poder.

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josahealy@hotmail.com

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