Alemania y Suecia, que se medirán en la segunda ronda de la Copa Mundial, tienen un largo historial, y no siempre amistoso.
Los suecos suman 13 victorias contra 12 de los alemanes y seis empates en confrontaciones entre ambos países. Y propinaron a Alemania una de las derrotas más dolorosas de su historia en las semifinales del mundial de 1958, en Suecia.
BERLÍN, ALEMANIA
AP
Alemania Occidental había ganado el mundial previo en Suiza, en lo que representó el comienzo de la recuperación alemana de los estragos causados por la era nazi y la Segunda Guerra Mundial.
Los problemas empezaron ya antes del partido, cuando los organizadores suecos se negaron a darle asientos a los aficionados alemanes. Los suecos cedieron solo cuando Alemania amenazó con retirarse del torneo.
Durante el partido, los aficionados suecos usaron megáfonos para arengar a la multitud.
De todos modos, Alemania tomó la delantera a los 34 minutos. Diez minutos después Suecia empató.
Los alemanes dicen que hubo dos incidentes en el complemento que marcaron el rumbo del encuentro.
En el primero, el árbitro, quien era húngaro, expulsó a un alemán. Los alemanes le habían ganado a Hungría la final de 1954 y creen que eso puede haber incidido en la expulsión.
Posteriormente, el estelar capitán alemán Fritz Walter, quien jugaba su último partido con Alemania, se lesionó tras una entrada fuerte de un sueco y fue atendido al costado de la cancha durante varios minutos. Como en esa época no se podía reemplazar jugadores, Walter volvió a la cancha, rengueando, pero Alemania no pudo impedir que Suecia anotase dos goles más y avanzase a la final, en la que perdió con Brasil y su astro naciente Pelé, de 17 años.
El revés dejó un sabor tan amargo que los alemanes no se presentaron al banquete de despedida, molestos con el tono de algunos artículos de la prensa sueca.
A raíz de ese partido, los alemanes le tomaron inquina a los suecos. Le pinchaban los neumáticos a los automóviles con placas suecas, desaparecieron los platos suecos de los menús de los restaurantes y no volvieron a invitar a artistas suecos por mucho tiempo. No hubo contactos deportivos entre los dos países por más de diez años.
Los alemanes se vengaron al derrotar 4-2 a los suecos en un partido jugado bajo una copiosa lluvia en Dusseldorf por la segunda ronda del mundial de 1974. Fue un partido dramático que se definió cuando Uli Hoeness marcó el cuarto gol alemán en el último minuto.
Suecia fue eliminada y Alemania continuó su marcha hacia su segundo título.
Cuarenta y ocho años después del tenso choque en Goteburgo que dejó tantas secuelas, exactamente el mismo día, el 24 de junio, los dos equipos vuelven a encontrarse en un mundial.
