Las vacaciones de Navidad son esperadas por toda la familia y las madres de pequeños que padecen asma o son alérgicos saben que deben tomar medidas especiales para eliminar al máximo los riesgos.
Las alergias surgen como consecuencia de una alteración del sistema inmunológico, que responde de manera exagerada a la presencia de sustancias (llamados alergenos) a las que es sensible, y que son inofensivas a la mayoría de la población. Se trata de compuestos como polen, ciertos alimentos, polvo, humedad, pelo de animales, medicamentos, cosméticos, productos químicos o algunos materiales textiles, entre muchos otros, con los que tenemos contacto permanente y a los que podemos ser alérgicos.
La principal causa por la que se sufre alguna alergia es la predisposición genética, es decir, si nosotros somos alérgicos es muy probable que nuestros hijos también lo sean. Otra, muy importante, es la tendencia creciente a automedicarse ante el primer síntoma de enfermedad, sin dejar que el sistema defensivo actúe por sí mismo, así como la presencia en los alimentos diarios (sobre todo frutas y verduras) de plaguicidas, sustancias químicas que se vierten desde la siembra y hasta la cosecha a manera de protección y que favorecen la aparición de procesos alérgicos.
La prevención es la mejor de las recetas, de acuerdo con especialistas de la Academia Americana de Asma, Alergia e Inmunología.
En el plan de vuelo para el viaje y las vacaciones hay que tomar en cuenta:
Cambios en el ambiente que puedan desencadenar las alergias o el asma. En climas húmedos tropicales se está más expuesto al polen, ácaros y mohos; mientras que el aire muy frío y seco puede ser un factor desencadenante de crisis asmáticas.
Antes de iniciar un viaje prolongado en automóvil hay que probar la calefacción o el aire acondicionado y abrir las ventanas durante 10 minutos antes de subir para eliminar ácaros. En caso de alergia al polen se debe viajar con las ventanillas cerradas.
La contaminación del aire puede empeorar los síntomas al viajar en automóvil, por lo cual se debe viajar muy temprano o por la noche, cuando la calidad de aire es mejor.
En caso de viajes en avión, tener cuidado con las comidas, ya que resulta difícil conocer los ingredientes de los platillos.
Las personas con eczema deben tener cuidado con la exposición al sol o al agua, ya que puede empeorar los síntomas.
Tener cuidado con las habitaciones de los hoteles. En algunos hay ácaros en alfombras, colchones y muebles tapizados. En ciertos casos las emanaciones de los productos de limpieza son un problema para los asmáticos.
Salir de campamento puede aumentar el contacto con alérgenos, como polen exterior o insectos. Es importante tomar precauciones y contar con medicamentos adecuados.
Esquiar o practicar deportes de invierno no es recomendable para algunas personas con asma. El aire muy frío es factor desencadenante de exacerbaciones.
Una persona con síntomas de alergia o asma inestable debe consultar al médico y someterse a un examen antes de viajar.
Botiquín de a bordo:
1. Es importante empacar los medicamentos necesarios en un bolso de mano.
2. Llevar un medidor de flujo máximo y tener a mano los medicamentos de rescate en caso de crisis.
3. Si se cruzan zonas horarias, calcular las diferencias para mantener constantes las dosis.
4. Tener seguro médico para viajes y teléfonos necesarios en caso de una urgencia médica.
En espera
Hasta esta fecha la Medicina no tiene soluciones definitivas contra la alergia, sólo alivia momentáneamente los síntomas a través de fármacos paliativos, como los antihistamínicos, que evitan la liberación de histamina, o los broncodilatadores, que facilitan la respiración en crisis asmáticas, así como corticoesteroides, hormonas sintéticas que eliminan los síntomas de inflamación.
