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ROMA, ITALIA.- El Papa Benedicto XVI alertó ayer a superiores de institutos de vida consagrada de la Iglesia Católica sobre la amenaza que sus miembros sufren de la mediocridad, el aburguesamiento y la mentalidad consumista.
En audiencia privada en el Palacio Apostólico, el Pontífice dijo que “la cultura secularizada y penetrada en la mente de no pocos consagrados, hace que la entiendan como una forma de acceder a la modernidad y a una modalidad de acercamiento al mundo contemporáneo”.
Benedicto XVI advirtió que en el evangelio Jesús dijo que son dos los caminos: “una es la calle estrecha que conduce a la vida y la otra es un sendero largo que conduce a la perdición siempre; la verdadera alternativa es la aceptación de Dios o la negación de él”.
“El señor quiere hombres y mujeres libres, no vinculados, capaces de abandonar todo para seguirlo y encontrar sólo en él todo. Es necesario decisión, a nivel personal y comunitario, que imprima una nueva disciplina a la vida de las personas consagradas”, agregó. Explicó que la misión de los consagrados es la de “pertenecer al señor totalmente en forma de convertirse en una permanente confesión de fe, una inequívoca proclamación de la verdad que hace libre frente a la seducción de los falsos ídolos de los que el mundo está lleno”.
El jerarca católico se refirió al estilo de vida de los consagrados como lo entiende en la Iglesia: “un estilo de vida casto” y agregó que la virginidad incluye también la negación de aparecer, demostrando una actitud sobria y humilde.
“Los religiosos y las religiosas son llamados a demostrarlo también en la elección de su ropa, que debe ser simple como signo de la pobreza vivida en unión con aquel que de rico se hizo pobre para hacernos ricos con su pobreza”, afirmó. El Pontífice señaló que “sólo así se puede seguir sin reservas a Cristo crucificado”.
Dijo que “los consagrados están llamados a ser en el mundo signo creíble y luminoso del evangelio sin conformarse a la mentalidad de este siglo, sino transformándose y renovando continuamente el propio empeño para poder discernir la voluntad de Dios”.
El Papa Benedicto XVI concluyó la audiencia con la exhortación a los superiores de institutos de vida religiosa a ejercer su autoridad desde la obediencia siempre inspirada en el Evangelio.