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MADRID, ESPAÑA.- El gasto militar en algunas naciones latinoamericanas con acuciantes necesidades sociales y de infraestructura “resulta alarmante” y es un “fenómeno inquietante”, afirmó ayer el diario español El País.
El rotativo citó datos de diversos centros internacionales y especialistas que muestran cómo en 2005 Ecuador, Chile y Colombia fueron los países que mayor proporción de su presupuesto dedicaron al gasto militar.
Ecuador destina al rubro 3.67 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB), seguido de Chile con 3.54 por ciento, Colombia con 3.28 por ciento, Bolivia con 2.18 por ciento, Brasil con 1.84 por ciento y Venezuela con 1.66 por ciento.
A esos países les siguen Perú con 1.54 por ciento, Uruguay con 1.36 por ciento, Argentina con 1.13 por ciento, República Dominicana con 1.01 por ciento, Paraguay con 0.86 por ciento, y Nicaragua con 0.80 por ciento.
En los últimos lugares figuran Honduras con 0.69 por ciento, El Salvador con 0.67 por ciento, Guatemala con 0.47 por ciento y México con 0.34 por ciento.
El País consideró “alarmante que el gasto militar esté aumentando últimamente de forma notable en unas naciones que tienen tanta necesidad en otros sectores como infraestructuras, sanidad o educación”.
“Los datos de los centros internacionales especializados registran en los dos últimos años más adquisición de material y un salto tecnológico que pueden llevar a un peligroso desequilibrio”, advirtió.
Explicó que todo esto se da en medio de una “desazón política muy ligada a la frustración de expectativas de desarrollo económico y social despertadas por procesos democratizadores”, mientras en algunos países se viven fenómenos populistas. “Los gastos de defensa aumentan, pese a que las relaciones entre países, salvo en casos muy concretos, no se han deteriorado”, anotó.
El País apuntó que mientras se asume que Colombia tiene esa necesidad debido al narcotráfico y la guerrilla, “los dispendios venezolanos -tan fáciles con los ingresos actuales de un productor de petróleo- con la distribución de armas a cuerpos paramilitares son un fenómeno inquietante”.
“Y mucho más lo sería también que parte del aumento de la compra de armas de otros países acabara siendo financiado por la misma fuente, lo que cambiaría no ya sólo la correlación de fuerzas en el subcontinente, sino también la percepción de las amenazas y el miedo”, puntualizó.