EFE
MADRID, ESPAÑA.- Con dos Oscar en su poder, cientos de premios y el favor de la crítica internacional, el director español Pedro Almodóvar es hoy todo un símbolo que trasciende el mundo del cine, algo en lo que él trata de no pensar porque si no, dice, ?me sentiría raro conmigo mismo. Es un piropo, pero no te sirve de nada en tu vida cotidiana?.
Esa percepción de Pedro Almodóvar como un fenómeno se siente sobre todo fuera de España o cuando todas las grandes estrellas expresan sin cortapisas su deseo de trabajar con él.
?Trato de no pensar en eso -dice- porque te puede convertir en un ser presuntuoso o cargado de arrogancia y yo me siento muy lejos de eso. Recibo con agrado el que quieran trabajar conmigo y, cuando ocurre con aquellos que admiras desde siempre, como me pasó el otro día con Jeanne Moreau, resulta una frustración tremenda y te preguntas: ¿es que no se me ocurrirá ningún papel para ella??.
Pero si hay un lugar donde Almodóvar sea un mito es en Francia, país que lo encumbró y que ahora le va a dedicar una amplia retrospectiva en la Cinematheque de París, la segunda exposición monográfica dedicada a un cineasta, tras el mítico Jean Renoir.
?Estoy deseando verla porque sé que han tirado la casa por la ventana. Es una exposición muy ambiciosa y quiero ver la reflexión que han hecho de mi universo, ver como espectador qué han hecho con mi vida, porque se lo han llevado todo, han desvalijado mi casa?, comenta.
Y añade: ?Me han dejado una sensación rara, la de haber terminado una vida. Es un punto y aparte absoluto, a lo mejor tengo que comenzar otra vida distinta. Es como poner el primer peldaño de algo nuevo?, asegura Almodóvar.
Lo que el cineasta sigue sin entender es por qué mientras fuera de España está considerado un fenómeno, en su país se le cuestiona: ?Cualquier respuesta que dé sería negativa, y ahora me siento totalmente positivo?, dice rotundo.
Sin embargo, tras 25 años en el cine, reconoce haber perdido ?muchas cosas en el camino?. Se ha alejado de la realidad para emprender un viaje hacia la soledad, lo que ha hecho que sus filmes se hayan ?interiorizado?. ?Ahora -dice- debo recurrir a mí mismo para contar historias. Y eso es algo desgarrador?.
En este momento de reflexión interior encajan sus dos últimos trabajos, La Mala Educación y ahora Volver, que son un regreso a sus orígenes. Volver, que presenta en Puertollano, en su región natal de La Mancha, y cuyo estreno será el próximo día 17, es una película en la que demuestra su pasión por el cine y su tierra, además de servirle para recuperar sus recuerdos infantiles y a sus actrices fetiches, la famosa Penélope Cruz y su primera musa, Carmen Maura.
Con Volver, el cineasta regresa al terreno de la comedia, pero no en sentido puro, sino con una mezcla de géneros que ?está en mi carácter?, comenta este autor que en ésta, su decimosexta película, hace un retrato de tres generaciones de mujeres y rinde un emotivo homenaje a la maternidad.
