Almodóvar se considera un hombre solitario que hace cintas rudas y oscuras.
EL UNIVERSAL
MÉXICO, DF.- Para Pedro Almodóvar, los vecinos son una suerte de ?parientes adoptados?, de ?cómplices obligados? en la vida diaria y ?salvadores? de situaciones complejas, por ello, en Volver les rinde un homenaje.
Pero también, cuenta el cineasta manchego en entrevista, reconoce la labor de las madres solteras. ?Esta es una película con ojos femeninos, porque una familia de mujeres es el centro de atención de la historia, pero es incluso, un reconocimiento a los vecinos.
?Son aquellos que se vuelven parte de la familia, ya sea por meses o años, porque se vuelven aún más cómplices. Son deudos en una pérdida, comensales en una fiesta, ayudantes en tus problemas, están para todo. Te ayudan en muchas cosas y son inevitables?, señala Almodóvar.
En el filme estelarizado por Penélope Cruz, el personaje central es Raimunda, quien comparte sus principales vivencias con su hermana Sole (Lola Dueñas) y su hija Paula (Yohana Cobo), pero nunca pierde de vista a su vecina de la infancia y amiga, Agustina (Blanca Portillo).
?Los vecinos son parte de nuestro entorno. Si te vas de viaje, a los de confianza les encargas tu casa. O hay quienes comparten los horarios para recoger a los niños de la escuela, o los que van al mandado y te ayudan con tus compras. O los que te meten en problemas y son muy chismosos. Son, involuntariamente, parte de nuestra vida?, indica Cruz.
En la historia escrita por el director ganador de dos Premios Oscar, Raimunda se enfrenta a la pérdida de su esposo, al inicio de un negocio inesperado con el que piensa progresar, pero sobre todo, al retorno del fantasma de su madre, Irene (Carmen Maura), el cual la saca de sus casillas y le sorprende constantemente.
La tradición de llevar flores a los muertos, que es como abre la primera escena de este largometraje, la recuperó Almodóvar de los temas que le causaban extrañeza durante su infancia, en la región de La Mancha. También los chismes en el pueblo y hasta los postres clásicos, como los barquillos que hacían en familia.
?Cuando era niño sentía que ése era el último lugar donde yo quería vivir, me sentía sumamente sensible y vulnerable. Me acordé que había un sitio que me fascinaba, un pequeño río donde me sentía relajado, como en un oasis, en pleno escape emocional y así lo retraté en el filme para Raimunda y Sole.
?Aquella es una región hostil, machista, un poco austera. La gente es muy fría si no encajas en su idiosincrasia y llegó un momento en que yo dije: ?jamás volveré?. Sin embargo, me reconcilié con mis convicciones y prejuicios y entendí que había algo de bello ahí: la gente que estuvo para mí cuando fui niño. Aprendí mucho de ellos?, expresa el cineasta.
Volver, afirma el realizador de 57 años, es una muestra de cuánto admira a la madre soltera que sale adelante y jamás se deja caer, como lo hacen sus cuatro mujeres protagónicas.
?Admiro mucho a las mujeres porque estoy convencido de que son más fuertes y menos dóciles que nosotros los hombres. Todos pasamos por dificultades, pero está visto que una madre soltera sale adelante sola, más fácilmente y con mayor seguridad, que un padre soltero. A los hombres no nos gusta estar solos, las mujeres se acostumbran, son más camaleónicas?.
Así había manifestado su admiración por el sexo opuesto, agrega, pero desde otros puntos de vista, en anteriores largometrajes como Todo Sobre Mi Madre y ¿Qué Hecho Yo Para Merecer Esto?
-Sus cintas son muy personales, pero en el caso de ?Volver?, ¿qué parte específica de su vida quiso retomar?
-Casi siempre voy cambiando de tono, de acuerdo con la película que he hecho antes. Volver tiene partes de comedia y, sobre todo, es una película emocional... quiero decir, es más compleja de lo que parece a primera vista.
Así como la próxima será muy diferente a ésta, digamos que Volver es casi lo opuesto a La mala educación, pero, de todos modos, tienen algo en común: es la primera vez que hablo sobre mi infancia, las dos se basan de alguna forma en mis recuerdos de infancia o están contadas desde el punto de vista de un niño.
La Mala Educación es acerca de la educación religiosa que yo detesto, pero Volver está basada justamente en lo contrario: en los recuerdos más amables que me formaron en mi infancia, en las mujeres que me rodearon y las cuales supusieron mi auténtica educación sentimental, emocional y vital. Aunque las mujeres que aparecen en la cinta serían las hijas de las que conocí en los años 50, de niño aquellas mujeres representaban la vida para mí: veía en ellas una fuerza enorme para solucionar problemas, porque era una época muy dura para España, era la época de posguerra y por la fortaleza de esas mujeres, mi generación está viva.
-Si con ?Volver? regresó a su infancia, ¿qué parte de sus recuerdos le gustaría usar en el futuro?
-Me gustaría volver más a la comedia... quiero decir, hacer el tipo de historias en las que no deba tomarme como referencia. Me he hecho un hombre solitario, entonces cuando soy el referente, mis cintas han resultado más rudas, más oscuras.
La alegría que vivía en la España de los años 80 ha ido cambiando, me he convertido en una persona mayor que no hace el tipo de vida de hace 26 años, que era una vida mucho más divertida, una vida más coral y más exterior y que me inspiraba más comedias.
Ahora mi vida es más severa, pero me gustaría desde la soledad recuperar y hacer comedias de adulto, pero aún no sé cómo son (risas).
Volver rompió el alejamiento de 18 años entre Pedro Almodóvar y Carmen Maura -la primera ?chica Almodóvar?, pues no trabajaban juntos desde Mujeres al Borde de un Ataque de Nervios.
El cineasta, al ser entrevistado en el pasado Festival de Cine de Cannes, relató cómo fue el encuentro con Maura.
?Fui a su casa para darle el guión personalmente. Le pregunté si estaba preparada para trabajar conmigo y esperé hasta que lo leyó y le encantó el personaje.
?Una gran sorpresa para mí fue que, cuando leímos el guión juntos -que es lo primero que hago con mis actrices para comentar los textos- la comunicación fue exactamente igual como 18 años antes. Ambos cambiamos, pero fue como si el día anterior hubiéramos dejado de vernos?.
-¿Fue diferente trabajar con Penélope ahora que es una celebridad de Hollywood?
-No. Con Penélope tengo una relación muy profunda y no ha cambiado conmigo, incluso como artista tampoco ha cambiado. Por ello, mi trabajo con ella fue el mismo que la última vez cuando trabajamos juntos, en Todo sobre mi madre. Ahora es más madura, por eso le di el rol de una madre, un personaje que es más complicado que los que ha hecho conmigo. Lo más importante es tener tiempo para preparar el personaje y ella es el tipo de actriz que necesita ensayar mucho. Siento que en las películas en EU no tienen tiempo para ensayos.
Tuvimos tres meses antes del rodaje para trabajar juntos cada línea del guión y una vez que está segura de sí misma, Penélope sobrepasa tus expectativas.