EL UNIVERSAL
MÉXICO, DF.- La primera interpretación de un documento del siglo XVI, conocido como Códice o Mapa de Sigüenza, aporta nueva información de la historia de Tenochtitlan y Tlatelolco, dos ciudades que alguna vez fueron enemigas.
Hasta ahora, todas las fuentes sobre los mexicas establecían que Tlatelolco se fundó 13 años después de Tenochtitlan. Sin embargo el mencionado códice, conservado en la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia, nos dice que la fundación de Tlatelolco ocurrió mucho antes.
?Este documento no sigue la historia tradicional, sino que nos indica que la división entre los mexicas se produjo a raíz de su estancia en Chapultepec?, explica la doctora María Castañeda de la Paz, del Instituto de Investigaciones Antropológicas (IIA), quien se ha dedicado a su estudio durante los últimos diez años.
El Mapa de Sigüenza -o Pintura de la Peregrinación de los Culhua-Mexitin, como propone denominarlo la investigadora- es un manuscrito pictográfico de 54.5 por 77.5 centímetros, que narra la migración de los aztecas-mexicas desde su salida de Aztlán hasta la fundación de México-Tenochtitlan. Elaborado en papel amate, probablemente hacia mediados del siglo XVI, es una copia cuyo original, hoy perdido, se ejecutó en el periodo de Axayácatl (1468-1481), sexto tlatoani (señor) de Tenochtitlan.
La fundación de México-Tenochtitlan ocurrió en 1325. Durante un siglo, esta ciudad fue tributaria de Azcapotzalco, hasta que en 1428 Itzcóatl (1427-1440), cuarto tlatoani tenochca, derrotó a los tepanecas con la ayuda de Texcoco y otros aliados. La historia que conocemos de los mexicas se escribió después de la derrota del imperio tepaneca.
?Los habitantes de México-Tenochtitlan -dice Castañeda de la Paz- descendían de las oleadas de pueblos chichimecas que llegaron del Norte. Un siglo después, libres del yugo tepaneca, Itzcóatl escribiría una historia común para su diverso pueblo, tratando de dejar satisfechos a todos. Fue cuando quizás creó Aztlán (que significa ?lugar de la blancura?, color asociado a lo sagrado) como punto de origen?.
DOCUMENTO ATÍPICO
El Mapa de Sigüenza es atípico porque los glifos toponímicos (elementos que hacen referencia a lugares geográficos) de la primera parte de la ruta no aparecen en ninguna otra fuente y porque la incorporación de la Huasteca y el valle matlatzinca es tan rara como la ausencia de los glifos de Coatepec y Tula. Pero son precisamente éstas y otras irregularidades las que han dado las pistas para entender el documento y saber quién o quiénes ordenaron su elaboración, qué quisieron transmitir y a qué tiempo histórico nos remite.
Aztlán es descrita como una isla con el glifo del cerro torcido, en alusión a Teoculhuacán (Culhuacán), en la otra orilla.
?Debemos descartar entonces la existencia de un glifo toponímico para Aztlán, que no significa ?lugar de las garzas? (aztatl), como se ha venido afirmando, porque hasta hoy no tenemos un solo documento en el que estas aves aparezcan representadas como parte de un topónimo allí, en la isla. En la pintura vemos que en la isla crece un árbol sobre el que está el dios Huitzilopochtli; del pico de éste salen unas volutas que se dirigen a un grupo de personas, lo que indica que les está dando instrucciones a los aztecas para organizar la larga marcha. La advocación del dios suele ser la de un águila o colibrí, que aquí adquiere la apariencia de una paloma por la influencia europea?, apunta la investigadora.
A cada lado del cerro, entre las aguas, flotan las cabezas de un hombre y una mujer. Son los ancestros de los mexicas. El glifo de él representa un faisán, lo que indica que se trata de Coxcoxtli, gobernante culhua durante el periodo migratorio. El de ella, con un manojo de tules en la parte superior y una cara de perfil en la inferior, no es un glifo onomástico, sino de filiación étnica que indica que es una mujer tolteca.
?De esta manera, desde el inicio de la historia se quiere mostrar la ascendencia de los protagonistas del documento: es gente culhua-tolteca?, refiere Castañeda de la Paz.
PRIMERA PARTE DE LA RUTA
En la mayoría de los documentos sobre la migración azteca, la primera parte de la ruta corresponde a los tiempos originales; en ella, los glifos no representan lugares geográficos concretos, sino más bien de significación sagrada. Por esto, la inclusión de la Huasteca en la Pintura de la Peregrinación de los Culhua-Mexitin, mediante glifos que aluden a puntos geográficos específicos, presenta un problema.
?La única explicación que encuentro para su inclusión en un documento mexica-tenochca es la intencionalidad de mostrar que la Huasteca fue una región conquistada durante el reinado de Axayácatl?.
Después de derrotar a Tlatelolco, Axayácatl dio inicio a una guerra contra el valle matlatzinca y realizó incursiones en la Huasteca, donde sometió a pueblos como Oxitipan, que se convirtió en un bastión contra los chichimecas del norte.
Hay, además, un glifo que representa a Ilhuicaatepec y que, por su ubicación y su significado, sustituye, en opinión de la investigadora, al tradicional Coatepec, muy importante en la peregrinación porque ahí nació Huitzilopochtli, encarnación del Sol.
?Está compuesto por un cerro dentro de un círculo que representa la tierra salpicada de ojos, que en la iconografía mesoamericana alude a las estrellas -explica la especialista-. En la cima se ubica un árbol cruzado por una flecha, en cuyos extremos hay dos plantas, una de las cuales es maíz. Como Coatepec, Ilhuicaatepec es también la frontera entre el mundo sagrado y el mundo terrenal, es decir, la entrada a los tiempos históricos. Por lo mismo, después de pasar por Ilhuicaatepec es fácil reconocer en el documento los pueblos por donde los mexicas fueron transitando.?
LA SEGUNDA PARTE
En vez del glifo de Tula está el de Papantla, población totonaca por donde posiblemente haya pasado Quetzalcóatl en su viaje hacia la costa. A partir de aquí, la ruta sigue un trayecto norte-sur, hacia el lago de Texcoco, bordeando su costa occidental: Tzompanco, Apazco, Atlitlalaquia y Cuauhtitlan, desde donde una parte del grupo se dirigió a Cuauhmatla.
?El siguiente glifo es el de Chicomoztoc o las Siete Cuevas. Es raro encontrarlo en medio de la ruta, en la entrada al valle matlatzinca, porque suele estar asociado al origen y, por ello, muy cerca de Aztlán. La única explicación posible es que quizás en el original los dos caminos dibujados pasen muy cerca uno del otro y el copista haya confundido los glifos de cada lado. Sea como fuere, por aquí se entra en zona tepaneca. Los sitios que han podido identificarse son Huisquilucan, Xalatlauhco (Jalatlaco), Cozcacuahtenanco (¿Tenanco?), Texcatitlán y Acaxochitlán o Arasuchil (hoy Santa Fe, en el DF), entre otros. Y como la Huasteca, quizás esta zona se incluyó en el documento porque también fue conquistada por Axayácatl?, señala Castañeda de la Paz.
DE CHAPULTEPEC
Finalmente, luego de entrar en el valle matlatzinca, los mexicas llegaron a Chapultepec, el lugar más destacado y la clave para entender el documento.
?Como en otras fuentes, aquí vemos también que se desató una batalla, porque a los pies del glifo de Chapultepec hay algunos personajes con los ojos cerrados y llenos de sangre: son mexicas. Según algunas fuentes, los mexicas capturados fueron llevados a Culhuacan, donde se les sacrificó. Un grupo se escondió en las aguas pantanosas, a los pies de Chapultepec, en un lugar llamado Acocolco. Huitzilopochtli aconsejó a los sobrevivientes que le pidieran al señor de Culhuacán que les permitiera vivir en sus tierras como tributarios. La imagen representa a dos mexicas con un tributo a Coxcoxtli.?
MANIPULACIÓN HISTÓRICA
De Chapultepec sale otro camino que conduce hasta el glifo de un cerro arenoso (xalli) que representa a Xaltelolco, más tarde llamado Tlatelolco.
?No hay un solo documento, excepto éste, que establezca que Tlatelolco se fundó inmediatamente después de la estancia de los mexicas en Chapultepec?.
Las demás fuentes establecen que todos los mexicas se fueron a Culhuacán, que tras su expulsión fundaron México-Tenochtitlan y que 13 años después un grupo se separó y fundó Tlatelolco.
?Así, lo que vemos en este documento es una manipulación histórica para dejar claro que sólo los mexicas-tenochcas vivieron en Culhuacán. Esta era la ciudad heredera de Tula y mediante matrimonios con la élite culhua se ennoblecían las casas reales del área. Eso fue lo que hicieron aquellos?, finaliza la especialista.
La fundación de México-Tenochtitlan
La ciudad aparece dividida en cuatro sectores como consecuencia del cruce de dos canales. Estos están delimitados por el canal de Xoloc, al Sur, y por la acequia del Tezontlate, al Norte, que separaba Tlatelolco de México-Tenochtitlan.
En el cruce de los canales se aprecia un nopal sobre una fuente de agua y, frente a éste, a sus siete señores fundadores. Como algunos están sobre el glifo de Tlatelolco, pudiera pensarse que son de Tlatelolco. Sin embargo, el primero de ellos, Tenoch, cuyo glifo es una piedra (tetl) y un nopal (nochtli), al dar nombre a Tenochtitlan, no puede ser un señor tlatelolca.
?Lo elaborado de la escena me lleva a pensar que en el documento en que se basó la Pintura de la Peregrinación de los Culhua-Mexitin, la de la fundación tenía una presencia mayor. En todo caso, es evidente la insignificancia de Tlatelolco, si se le compara con Tenochtitlan. Por lo tanto, estamos ante un documento elaborado por los tenochcas, grupo que resalta su ascendencia culhua-tolteca, no sólo por la representación de los ancestros en Aztlán, sino también por su paso por Culhuacán, del cual excluyen a los tlatelolcas. Además, sus autores parecen remitirse a los tiempos de Axayácatl, quien después de conquistar Tlatelolco hizo lo mismo con el valle matlatzinca y luego se dirigió a la Huasteca. Sólo en este contexto, con Tlatelolco conquistada, se puede explicar la tergiversación de su historia y la escasa atención que se prestó a su escena fundacional?, concluye María Castañeda de la Paz.