EL SIGLO DE TORREÓN
FRANCISCO I. MADERO, COAH.- Sin control sanitario crece el número de vendedores ambulantes de fritangas, gorditas, frutas, tacos, mariscos y aguas frescas y ninguna autoridad parece darse por enterada.
Expuestos a la intemperie, desconociendo la higiene con que son preparados y sobre todo las condiciones en que se sirven, este tipo de alimentos son los que mayor demanda tienen entre la población, donde la mayoría de los consumidores no mide el riesgo y, al parecer, las autoridades sanitarias hacen poco caso de todos los puestos de comida callejera.
Por las principales arterias de la ciudad y en especial en el Centro, se puede observar el crecimiento de este tipo de puestos ambulantes y semifijos que se dedican a la venta de alimentos callejeros. Los que venden mariscos preparados, de camarones, las tostadas de ceviche, ostiones, pulpo y demás productos del mar también están ploriferando.
En un recorrido realizado por El Siglo de Torreón por diversos puestos, se pudo observar que en la totalidad de los casos se expenden grandes cantidades aunque los clientes ignoren las condiciones en las que fueron preparados.
Por ejemplo, en el caso de los alimentos con los que se llenan las gorditas, permanecen por largo tiempo y sin tapar en los sartenes donde fueron preparados. Tanto a compradores como a vendedores parece no importarles que están expuestos al polvo y a todo tipo de contaminantes.
En términos generales, todos estos puestos carecen de las medidas de higiene indispensables; la mayoría de las personas encargadas de servirlos no cuentan con el gorro de protección. En muchos de los casos son ellos mismos quienes cobran el dinero por la venta, no teniendo los cuidados de lavarse las manos, ya que tampoco cuentan con el servicio de agua potable.
Se supone que un puesto que expende alimentos debe contar con servicio de agua potable para la limpieza de los productos y de los propios consumidores, pero en estos lugares no cuentan con esto, los platos que utilizan para servir el producto son lavados en cubetas de agua, la cual en muchos de los casos está muy sucia.
Sin control
Crece el número de vendedores ambulantes de fritangas, gorditas, frutas, tacos, mariscos y aguas frescas y ninguna autoridad parece darse por enterada.
Expuestos a la intemperie, desconociendo la higiene con que son preparados este tipo de alimentos son los que mayor demanda tienen entre la población.
La mayoría de los consumidores no mide el riesgo y, al parecer, las autoridades sanitarias hacen poco caso de todos los puestos de comida callejera.
Por las principales arterias de la ciudad y en especial en el Centro, se puede observar el crecimiento de este tipo de puestos ambulantes y semifijos que se dedican a la venta de alimentos callejeros.
En la totalidad de los casos se expenden grandes cantidades aunque los clientes ignoren las condiciones bajo las que fueron preparados.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón