EL UNIVERSAL-AEE
TEHERÁN, IRÁN.- Irán formuló ayer una velada amenaza de que podría usar su petróleo como arma si el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) impone sanciones para obligar al régimen de Teherán a resolver cuestiones acerca de su programa nuclear.
Irán insiste en que su programa nuclear es para propósitos pacíficos, pero Estados Unidos acusa a Teherán de intentar fabricar bombas atómicas. Gran Bretaña y Francia también han mostrado su escepticismo sobre las intenciones de los iraníes, y el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), dependiente de la ONU, dice que tiene una serie de graves interrogantes acerca del programa nuclear iraní.
Mostafa Pourmohammadi, ministro del Interior de Irán advirtió que si el Consejo de Seguridad impone sanciones a Irán, la comunidad internacional será aún más afectada que la nación persa. “Somos ricos en recursos energéticos. Tenemos control sobre la ruta de energía más grande y más delicada del mundo”, dijo.
Irán es el segundo mayor productor de petróleo y de gas natural de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), después de Arabia Saudita. Tiene además el control parcial del Estrecho de Hormuz, en la entrada al golfo Pérsico. El estrecho es vital para la exportación de crudo desde la rica región petrolera del golfo. Productores como Arabia Saudita, Kuwait, los Emiratos Árabes Unidos e Irak, dependen en gran parte de esa vía de agua.
El viernes, los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad consideraron alternativas para presionar a Irán en torno a su programa nuclear.
Eso incluye la exigencia de que abandone el enriquecimiento de uranio y detenga la construcción de un reactor, indicaron diplomáticos.
El Reino Unido, Francia y Estados Unidos procuran que la ONU emita una declaración en términos duros para presionar a Irán, mientras que Rusia aspira a que el Consejo de Seguridad se mantenga tras bastidores. Se cree que China comparte la iniciativa rusa.
