Al paso que vamos, al término del periodo ejecutivo del actual consejo directivo que preside Ramón García de la Cruz, habremos recuperado totalmente la membresía de ochenta socios que tradicionalmente hemos tenido.
Empezamos con la toma de protesta como socios activos del Dr. Antonio López Barrio y del Ing. Antonio González Dueñes y, a la siguiente sesión comida, dimos ingreso al Sr. Jorge Garza Díaz y tenemos en cartera la aceptación de dos socios más que ya fueron propuestos.
Es conveniente entonces que cada socio de nuevo ingreso sepa lo que nuestra institución es como promotora de la amistad entre sus miembros, pero también como entidad al servicio de la comunidad. Esa dualidad representativa nos ha dado un lugar principal en la sociedad comarcana.
En el largo periodo de la existencia del Club Sembradores de Torreón que está por celebrar su jubileo de oro, nos han inspirado un ideario y un Credo, que por esencia tienen normas de conducta acordes con lo que un buen ciudadano debe ser, normas que sugieren un estilo de vida apegada a la moral en todos sentidos.
Te expondré lo que el Credo dice:
El Sembrador.
Cree y reconoce la existencia de un Ser Supremo, origen y motor de cuanto existe en el Universo y de quien recibió gratuitamente su existencia.
Cree y acepta plenamente su naturaleza humana, sus atributos y responsabilidades para consigo mismo y con la sociedad en la que vive.
Cree, defiende y proclama su derecho a la libertad, a la seguridad, a la prosperidad, a sus creencias y al derecho a resistirse a quien le oprima o trate de limitar o conculcar esos derechos.
Cree y respeta los derechos de los demás que no lastimen o agravien sus propios derechos, consciente de que vive en una sociedad que tiene normas y leyes para resolver diferencias.
Cree y participa de las actividades y responsabilidades que le impone su convivencia humana y social.
Cree y practica sus convicciones religiosas, pero respeta y acepta las creencias ajenas consciente de que nadie es poseedor de la verdad absoluta, ni debe ser juez de las creencias de los demás.
Cree y apoya incondicionalmente a la familia como centro único de amor y comprensión humana y respetuoso de paternidad y maternidad creadora.
Cree y promueve la educación como elemento indispensable en la realización de las aspiraciones de nuestro ser pensante y salvaguarda de sus derechos naturales y humanos.
Cree y participa en la responsabilidad social de solidarizarse y promover a quienes no han sido bendecidos por los dones y oportunidades que él ha recibido y se compromete a luchar en la medida de sus posibilidades para que sus limitaciones sean superadas.
Cree y practica la amistad como expresión sincera del afecto que sus semejantes le inspiran cuando creen y viven los mismos principios que él profesa y está dispuesto a dar y darse a ellos sin esperar nada en reciprocidad.
Vale la pena leer detenidamente este decálogo y meditar sobre su contenido.