Debo rendir un homenaje póstumo al señor Jorge Romero Montañez, a quien no conocí en persona, pero que me identifiqué con él porque durante muchos años fui lector cautivo de su colaboración dominical, publicada en nuestro periódico El Siglo de Torreón en la Sección Nosotros, primero como vocero del Club de Leones de Gómez Palacio y después por su columna Seguimos Presentes, denotando su afán de servicio al club de sus amores y a sus lectores, ya que a través de sus relatos ejemplificantes trató de inculcar normas de estricto orden moral. No tuve el gusto de tratarlo, -como te digo- pero me sentí identificado con la forma y fondo de expresar su pensamiento. Dejó huella a su paso, no cabe duda.
Has de saber que soy un lee-periódico cotidiano al que no se le escapa línea por escudriñar, con decirte que hasta el obituario leo, así que las columnas con las noticias de los clubes de servicio me son familiares y, más aún, los nombres de quienes las escriben, del Dr. Ignacio Méndez Lastra en su Minuto Rotario y del C. L. Guillermo Valdez Cázares, que en la columna Es Bueno Saberlo, da entretenimiento, conocimientos de diversas materias y hace presencia de los Clubes de Leones de Gómez Palacio y Torreón.
La columna Amigo Sembrador cumplirá en septiembre próximo catorce años de estarse publicando, sin otro motivo que hacer presencia en la comunidad lagunera del Club Sembradores de Amistad de Torreón y, cuando las noticias nos llegan, de los otros clubes hermanos, con la idea de platicar en forma sencilla de cuanto evento social o de beneficio comunitario tenemos, y disipar la idea errónea que algunas personas tienen, sobre que nuestro club es sólo de convivencia social y aunque en parte es verdad, pues es el medio para cumplir con la siembra de amistad, debo enfatizar que es un club que tiene por misión servir a la comunidad, otorgando becas a jóvenes estudiantes en carreras tecnológicas y universitarias.
Si como club cumplimos con la mística de amistad y servicio, también en lo individual muchos consocios nuestros van dejando huella en el sendero. Por ahora, y siguiendo la tónica marcada en columna anterior, seguiré refiriéndome al actuar altruista de las damas sembradoras:
Desde hace doce años en la colonia La Merced I, constituidos en Instituto Mano Amiga, los matrimonios González Martínez, Fernando y Laurencia, y Gidi Chávez, Alejandro y Marilú, han desarrollado una valiosa labor docente pues habiendo empezado con cien alumnos, en la actualidad tienen setecientos entre pre-primaria y secundaria, sin costo alguno para sus padres.
De la misma altura de miras está el servicio que desde hace quince años viene prestando Alma Rosa Escobedo de Campos en el Voluntariado Bancomer, en que sin patrocinio alguno acude en apoyo de madres de familia de escasos recursos económicos, impartiéndoles cursos de corte y confección, computación, manualidades, de belleza, cocina y ludoteca (aprender jugando), materias cuyo conocimiento ha cambiado el panorama de vida de esas personas. En todos esos casos es fuerza motriz el espíritu de servicio y el amor al prójimo.