El Ing. Cosme González Flores formó parte del selecto grupo de socios fundadores del Club Sembradores de Amistad de Torreón, A. C., por lo tanto en marzo próximo pasado se cumplieron cincuenta años de su permanencia activa, durante los cuales desempeñó con dedicación y entusiasmo diversos cargos directivos, presidiendo el Consejo Ejecutivo en el periodo 1963/1964. Fue depositario de los documentos históricos de nuestro club y por tal circunstancia sus amigos más allegados se referían a él con los curiosos motes de ?La Cueva del Tabaco? o ?La Gloria de Lampazos?, apodos sin connotación peyorativa sino como un reconocimiento a sus múltiples valores.
Cuando en 1974 ingresé a Sembradores, permanecían en sus filas Ernesto Cabello, Pepe Amarante, Pepe Abdo, Zeferino Lugo y Cosme González, quienes junto con otros diecisiete hombres de empresa de la Comarca Lagunera, firmaron el Acta Constitutiva del Club. De ellos, Cabello renunció a la membresía a finales de los años setenta, don Pepe falleció en septiembre del 2004, Zeferino en agosto del año pasado y Cosme acaba de pagar su tributo a la madre tierra el martes de la pasada semana. Queda pues Pepe Abdo como único sobreviviente activo de aquel grupo de fundadores.
El día de su fallecimiento, acudimos a la misa de cuerpo presente familiares y amigos rebasando con mucho la capacidad del sagrado recinto, pues Cosme con su actitud amistosa y su espíritu de servicio supo atraer hacia él muchos afectos, unificados a los que su familia tiene ganados a ley, sobre todo Chelito, que agrega a su natural simpatía ése su afán de servir al prójimo. Virtud que es común en sus hermanos Ramón y Javier Iriarte Maisterrena y a sus hijos e hijas Consuelo, Lourdes, Lucía, Rosario, Beatriz, Cosme, José Ramón y Alberto.
Cosme González Flores fue un personaje muy singular, ingenioso, divertido, picoso en el decir, con expresiones verbales que cual saetas lanzaba con eficaz tino, que al acertar en el blanco provocaban la sonrisa o la carcajada estentórea. Compañero y amigo por partida doble, en el Club Sembradores y en la mesa a la que desde hace cuatro lustros asistimos con asiduidad veinte amigos. César Villalobos, contertuliano de esa mesa, dice que el sello distintivo de Cosme fue su lealtad, cualidad que manifestó en todos sus actos familiares, profesionales, religiosos y de amistad.
Nació en Lampazos de Naranjo, N. L., el 13 de diciembre de 1924. En esa ciudad cursó primaria y secundaria. En el umbral de sus trece años quedó huérfano de padre por lo que ?se vio obligado a darle la mano a su madre para aligerar la carga de diez hijos?. En la ciudad de Monterrey hizo la preparatoria en la Escuela de Bachilleres de la Universidad de Nuevo León y en esa misma universidad, en la Facultad de Ingeniería Civil, obtuvo su título profesional el 22 de mayo de 1951. Desempeñó diversas actividades como topógrafo, dibujante, supervisor de obras, calculista y por tal especialidad le tocó hacer el cálculo de la estructura de concreto del Edificio Monterrey, de lo que se derivó que viniera a Torreón para supervisar como residente la construcción de ese edificio. Dos años después conoció y fue cautivado por una hermosa dama, María del Consuelo Iriarte, con la que contrajo matrimonio el cuatro de septiembre de 1954. Pintada a grandes rasgos ésa fue su fructífera vida. Una vida ejemplar.
Fue tan vigorosa la personalidad del ingeniero Cosme González Flores que aún después de haberse ido, siempre estará presente.
