Los riesgos futuros
El mundo podría retirarse a seguir gozando del crecimiento y sus beneficios, sin economistas que amarguen la situación, aunque, como siempre, ya apareció el negrito en el arroz, que en este caso ha sido bautizado como los riesgos sociopolíticos por los expertos mundiales. Sin duda la economía mundial se encuentra viviendo un buen momento, impulsado por el intenso intercambio comercial entre las principales regiones del mundo.
El intercambio ha producido fenómenos interesantes, como enormes saldos a favor en las balanzas de pagos de muchas economías, que posteriormente se convierten en reservas y luego buscan oportunidades de inversión para generar beneficios adicionales.
Entre los beneficios de este fenómeno tenemos que el enorme déficit de Estados Unidos no ha tenido problema para encontrar quien esté dispuesto a financiarlo y mientras esta situación se mantenga, la profesión económica haría bien en buscar algo así como un retiro espiritual. El objetivo es no deprimirse por lo aburrido de estos acontecimientos, que no le permiten presumir su capacidad para pronosticar el futuro y luego elaborar hipótesis sobre lo que pudo haber hecho que sus pronósticos fallaran.
Esta propuesta recibe respaldo al observar que en este tiempo sólo las economías muy desarrolladas y con visión emprenden reformas estructurales y elaboran propuestas para elevar su crecimiento, cosas que, al menos en este continente, no son muy apoyadas.
Así las cosas, el mundo podría retirarse a seguir gozando del crecimiento y sus beneficios, sin economistas que amarguen la situación, aunque, como siempre, ya apareció el negrito en el arroz, que en este caso ha sido bautizado como los riesgos sociopolíticos, por los expertos mundiales.
No hace mucho se dieron a conocer los resultados de una de las últimas encuestas que levanta el Banco de México entre pronosticadores del futuro y según recordamos, elevaron su expectativa de crecimiento para el año, aunque señalaron que el mayor riesgo para el futuro de la economía mexicana era el político. Dicha percepción fue inmediatamente descalificada por los expertos oficiales, quienes mencionaron que la política siempre es bienvenida, por lo que en este caso no nos referiremos a este tipo de riesgo.
Por riesgos sociopolíticos entenderemos los riesgos que surgen del frágil equilibrio mundial, que en últimas fechas tiene a la gente con el alma en vilo. Nada más se trata de los problemas en el Medio Oriente, derivados de lo que un famoso estudioso ha llamado el ?choque de civilizaciones?. Entre las necedades de las partes involucradas se pueden incluir guerras, bombas, terrorismo de banqueta, desarrollo de armas nucleares, viajes y cambios frecuentes en las listas de amigos y enemigos, que por estos lados no nos terminamos de explicar, que traen a los mercados como locos.
Uno de los primeros afectados fue el mercado petrolero, elevando nuevamente el precio de este producto hasta niveles considerados nuevamente como récord, que posiblemente en México quienes se encargan de gastar el presupuesto, no de elaborarlo, estén echando la casa por la ventana de gusto, aunque como hemos mencionado en anteriores ocasiones, no vendría mal un poco de prudencia y visión conservadora.
Entre el mayor precio del petróleo y la incertidumbre acerca de la fecha y el valor en que la Reserva Federal detendrá el aumento de tasas, podrían encargarse de que las buenas expectativas y el momento que estamos viviendo se borraran de un plumazo.
Ya estamos observando cierto menor dinamismo del mercado hipotecario, producido por las mayores tasas de interés, aunque los últimos datos no conforman esta percepción. Cuando sumamos el efecto sobre el ingreso disponible de los aumentos en el precio de la gasolina en el mercado de nuestro principal socio comercial y las dificultades que empieza a mostrar esta economía para mantener elevado el crecimiento de la productividad, no podemos dejar de preocuparnos.
La inflación sigue sin ser un problema, es cierto, aunque las tasas de utilización de la capacidad instalada de planta, la tasa de desempleo y los precios en el mercado inmobiliario preocupan y a algunos mucho.
En estas condiciones, el mayor deterioro del frágil equilibrio mundial podría generar un evento indeseable, que elevaría aun más el precio del petróleo y, salvo las empresas petroleras, exceptuando a Pemex, nadie más se alegraría del asunto, ya que las empresas encontrarían muy difícil enfrentar los mayores costos, sin incidir en precios finales, lo que podría desatar, en el mejor de los casos, una disminución de la tasa de crecimiento de la economía mundial y con ello, posiblemente presiones en el empleo, el ingreso, el consumo, el pago de deudas, la captación bancaria y el comercio mundial. Es decir, estaríamos al borde de una recesión.
Todos debemos tomar medidas para enfrentar las posibles eventualidades, empezando por la Fed, sin importar que los mercados ya hayan descontado aumentos futuros en las tasas, siguiendo con el Departamento del Tesoro en el vecino país, en donde se rumora la salida del actual secretario, y continuando con quienes deben establecer y validar las premisas para el presupuesto, así como la forma como se utilizarán los excedentes.
Las cosas no podrían estar en una situación más apremiante para México, aunque si solamente juzgamos por lo que siguen discutiendo los candidatos, pareciera que estamos en planetas diferentes.
mrodarte@cce.org.mx
