El Universal-AEE
MÉXICO, DF.- Dibujos, plastilina, ordenador. Las técnicas que sirvieron a los dibujos animados se exploraron desde las concepciones más primitivas del cine como las sombras chinescas o la ?linterna mágica?.
En 1906, Stuart Blackton creó Humorous phases of funny faces, una animación lograda a partir de la sucesión de los fotogramas pero la primera película de animación se lograría hasta 1914 con Gertie, el dinosaurio, del dibujante Winsor McCay, un cortometraje de 18 minutos. Los primeros personajes dibujados pertenecieron a la época silente y carente de color: el gato Félix, la siempre sexy Betty Boop y en los años 20, Mickey, un ratón que sería la figura emblemática de un género con un destino colorido, musical y de técnicas revolucionarias.
Dibujo a mano
La más antigua de todas. Cada dibujo era fotografiado para completar una serie. Un segundo de animación requería 24 dibujos realizados con pequeñas variaciones que darían la impresión de movimiento al proyectarse sucesivamente.
En 1915, el estadounidense Earl Hurd perfeccionó la técnica al patentar hojas transparentes de celuloide donde silueteaban a los personajes y los superponían en ambientes ya terminados, lo que eliminaba la necesidad de dibujar paisajes una y otra vez. El canadiense Raoul Barré ideó perforar los márgenes de los dibujos para asegurar la estabilidad de las imágenes al ser tomadas por la cámara.
El príncipe Achmed (1926), de Lotte Reiniger fue el primer largometraje, basado en las sombras chinescas. En 1932, se incorporó el sonido y Walt Disney lo adaptó, junto con el Technicolor en Árboles y flores. Disney mejoró la técnica de los planos múltiples: el dibujo se descomponía en niveles independientes que brindaban mayor viveza a las imágenes.
En Blancanieves y los Siete Enanitos (1937) conjunta los avances con un resultado espectacular que la Academia reconoció con un Oscar dando inicio a una serie de filmes clásicos: Fantasía (1940), Dumbo (1941), Bambi (1942), La Cenicienta (1950) y Alicia en el país de las maravillas (1951). Medio siglo después, ha rescatado el método con títulos como Vacas vaqueras y Bambi 2: El Príncipe del Bosque.
Stop-motion
Es la animación plano a plano de personajes tridimensionales de alambre, cartón o plastilina. Los muñecos son filmados variando ligeramente su posición en cada toma para obtener la ilusión de movimiento. El inglés Stuart Blackton empleó el sistema en 1907 en La casa encantada dando vida a objetos. Desde entonces muchos cineastas experimentaron con títeres y maquetas. El ruso Wladislaw Starewicz empleó, incluso, escarabajos disecados en La venganza del camarógrafo de 1912.
Willis O?Brien desarrolló la técnica en cintas como El mundo perdido (1924) y King Kong (1933). Ray Harryhausen, su discípulo, contribuyó con varios filmes de gran calidad: El Monstruo de Tiempos Remotos (1953) o El valle de Gwangi (1969). Tim Burton retoma el arte en los 80 con Vincent y en los 90, con El Extraño Mundo de Jack. Recientemente, Wallace y Gromit, Pollitos en Fuga -ambas con alma de plastilina- y El cadáver de la novia revivieron las simpatías por esta forma de hacer cine.
También por computadora
La llegada del ordenador al cine marcó un parteaguas con posibilidades infinitas aún por explorar. Las imágenes que se generan por programas de cómputo tratan de imitar el mundo tridimensional mediante el cálculo matemático del comportamiento de la luz, los volúmenes, las sombras, las texturas, el movimiento y otros factores. Su desarrollo inició en los 80 con filmes como Tron (1982) en el que un chico se introduce a un videojuego con escenarios digitales.
A mitad de los 80 comenzó el reinado de Pixar y sus cortos animados: Luxo Jr. (1986) con una lámpara de protagonista o Knickknack (1989) sobre un muñeco de nieve. Disney usó el ordenador en algunas escenas como el salón de baile en La Bella y la Bestia (1991) o la estampida de animales en El Rey León (1994).
En 1995 produjo el primer largometraje realizado íntegramente por este sistema: Toy Story. Pero es Pixar quien lleva la delantera con cintas como Monsters; Inc. (2001), Buscando a Nemo (2003) y Los Increíbles (2004). Una variante ha sido el motion capture que emplea el fotorrealismo: capta imágenes reales y las convierte en dibujos animados. Así fueron concebidas: Final fantasy: The Spirits Within (2001) y Expreso Polar (2004).