EFE
LOS ÁNGELES, CALIFORNIA.- Antonio Banderas marca el paso en el estreno mañana de Take the Lead antes de entregar su corazón con su nuevo filme como director, El Camino de los Ingleses.
?Al principio dije que no. ¿Una historia de baile? ¡Brrr!?, cuenta con escalofríos un actor que entró en Hollywood con The Mambo Kings (Los Reyes del Mambo) y se ganó las alabanzas de Broadway gracias a sus habilidades como cantante y bailarín en Nine (Nueve).
?Además, yo no soy un bailarín. Soy un actor que hace que baila. Como cuando monto a caballo o tengo un duelo a espada. ¡Nunca he dicho que sea un espadachín!?, añade, con su energía contagiosa.
Sus mohínes son desoídos por la crítica de Hollywood, que ha recibido Take the Lead sin grandes elogios al filme pero llena de piropos al actor malagueño y a su maña en la pista de baile.
?Incluso a un filme tan simple como Take the Lead, Banderas le da frescura, en parte gracias a lo bien que se ve en traje?, afirma Daily Variety.
El intérprete de 45 años despliega su gracia y su atractivo en esta historia centrada en el bailarín Pierre Dulaine y los programas educativos que puso en marcha de manera desinteresada para enseñar baile a los más desfavorecidos.
Su generosidad y no su baile fue lo que atrajo a Banderas.
Hombre familiar por excelencia, asegura en la entrevista que las personas más especiales de su vida son su esposa, la actriz estadounidense Melanie Griffith, y su hija, Stella, pero que también está muy preocupado por la sociedad en la que vive. Por eso le interesa el ?sentimiento de comunidad? del país donde reside desde hace años y los actos de ?generosidad sin pretensiones? de gente como Dulaine.
?O como los voluntarios que he conocido en los años que llevo colaborando con el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF por sus siglas en inglés), héroes invisibles de los que nadie sabe nada del trabajo tan increíble que realizan?, recuerda emocionado.
También le interesó del filme que se trata de una historia de adolescencia, una etapa que conoce bien ahora que su hija, que este año cumple los diez, empieza a cruzar ?ese festival de hormonas?.
?De hecho la película que acabo de rodar también es una historia adolescente, aunque mucho más sexual y dura que Take the Lead?, añade, en referencia a El Camino de los Ingleses. Basada en la novela homónima de Antonio Soler, cuando Banderas habla de la película que acaba de dirigir se nota que hay algo más que publicidad en sus palabras. Es algo más cercano a su pasión de padre o, quizá, a su orgullo de ser malagueño, ciudad donde transcurre la trama.
?Cuando la veas tú puedes pensar lo que quieras pero para mí hay un trozo de mi corazón en esa cinta. He disfrutado los últimos siete u ocho meses de mi vida como nunca?, confiesa abiertamente. Toda la felicidad viene con sus escollos, incluso para las estrellas, y en este tiempo Banderas añoró a su familia, que salvo tres visitas se quedó en Los Ángeles.
Por eso ahora, mientras concluye la post producción de su próximo filme es tiempo para ?terapia familiar?.
?Tenemos una vida social pobre y aunque vivo en una ciudad llena de ?caramelitos?, con mucha gente preciosa e interesante, una sociedad orgásmica si me permites decirlo, nosotros asistimos a lo justito y preferimos pasar en casa el tiempo que estamos juntos?, dice.
No le quedará mucho tiempo, a juzgar por una agenda cada vez más apretada.