EL UNIVERSAL-AEE
MÉXICO, DF.- Aprenderse cualquier contraseña de memoria es la única forma para evitar un problema de seguridad computacional.
Existen distintas prácticas que debilitan el funcionamiento de las constraseñas, como compartirlas con diferentes usuarios o escoger una fácil de identificar; con esto, además, se posibilita el acceso a personas no autorizadas a información confidencial para que hagan mal uso de ella, afirma Marco Antonio Cruz, facilitador y coordinador de Servicios de Apoyo Computacional y Cómputo Académico del ITESM, Campus Estado de México.
Explica que una contraseña o password es una clave de seguridad que restringe el acceso a recursos como computadoras portátiles, un servidor, cuentas bancarias, etcétera. Si se usan incorrectamente, pueden convertirse en un dolor de cabeza y en un punto débil para cualquier persona o empresa.
Existen dos tipos de contraseñas: la débil y la fuerte. El experto dice que la primera de ellas es corta, predeterminada y fácil de adivinar, porque se usan nombres propios o palabras con base en variaciones del nombre del usuario.
En cambio, las fuertes son largas y se escogen al azar, de manera que se requiere mucho tiempo para descifrarlas.
?Hay que pensar en la contraseña como si fuera una llave para la casa y a todo lo que cada uno posee, incluyendo la reputación?, afirma el entrevistado.
El encargado de dar soporte técnico a los equipos portátiles de alumnos, señala que una contraseña compartida o descifrada significa libre acceso a la información de un equipo de cómputo, por ejemplo, registros financieros de una empresa, mensajes de correo electrónico, prototipos o proyectos en desarrollo.
El mal empleo de una clave puede provocar pérdidas incuantificables para una empresa, retiro del dinero de cuentas bancarias, compra o venta de acciones, solicitud de préstamos (incluso hipotecarios), compras por Internet, uso de la identidad personal en chats, foros, correos, entre otras acciones.